Newtown vive el primer aniversario de la matanza alejado de las miradas exteriores

5794633wNueva York, 14 dic (EFE).- Newtown recordó hoy de forma íntima y privada a las 26 víctimas de la matanza de la escuela Sandy Hook, en el primer aniversario de una tragedia que traumatizó a la población, por lo que pidió a la prensa que no visitara sus calles en esta jornada.

Esta pequeña ciudad estadounidense de 28.000 habitantes del estado de Connecticut logró su objetivo de pasar esta fecha fuera de las miradas exteriores e intentar seguir recuperando la normalidad rota hace un año.

El 14 de diciembre de 2012, Adam Lanza, de 20 años, mató a tiros a su madre, Nancy, en la casa en la que ambos vivían y luego acudió fuertemente armado a la escuela primaria.

Allí, asesinó a la directora y la psicóloga del centro, y luego entró en dos clases de primer curso, en las que mató a dos maestras, dos ayudantes y 20 niños de 6 y 7 años. Al oír la llegada de la policía, Lanza se suicidó. Todo ocurrió en apenas cinco minutos.

Hoy, las campanas de las iglesias de la ciudad repicaron 26 veces a las 09.30 hora local (14.30 GMT), cuando comenzó el tiroteo, y lo mismo ocurrió en el resto del estado, a petición del gobernador, Dannel Malloy, quien también ordenó que las banderas se izaran a media asta.

Las autoridades locales no organizaron ceremonias oficiales a fin de evitar revivir el terrible drama y de no atraer a los periodistas, especialmente las televisiones, que quisieran entrevistar a ciudadanos y familiares de las víctimas.

Por ello, la ceremonia más visible tuvo lugar hoy en la Casa Blanca, donde el presidente, Barack Obama, y su esposa, Michelle, guardaron un minuto de silencio, también a las 09.30, tras lo cual encendieron 26 velas en memoria de las víctimas de la escuela.

El tiroteo protagonizó el mensaje presidencial de los sábados, en el que Obama instó a los estadounidenses a lograr un «cambio» social que haga al país «más seguro».

«Aún no hemos hecho lo suficiente para hacer que nuestras comunidades y nuestro país sean más seguros. Tenemos que hacer más para evitar que las personas peligrosas puedan conseguir un arma tan fácilmente», afirmó.

«Creo que todavía queda mucho por hacer» sobre el control de armas, dijo en una breve declaración a CNN grabada hace días fuera de la ciudad Nicole Hockley, quien perdió en el tiroteo a su hijo Dillon, de 6 años, y desde entonces trabaja en una organización creada en Newtown con ese objetivo.

El recuerdo de Newtown, una matanza que causó conmoción por la corta edad de los niños asesinados, se ha visto enturbiado por el tiroteo ocurrido este viernes en un instituto de Centennial (Colorado) en el que un joven de 18 años hirió de gravedad a una joven estudiante y se suicidó.

De hecho, los medios de comunicación, sobre todo las televisiones, hablan hoy más de Centennial que de Newtown.

La petición expresa que la alcaldesa de Newtown, Patricia Llodra, hizo a la prensa (especialmente las televisiones) para que no viajara a la ciudad y ayudara al proceso de cicatrización del dolor de los habitantes se respetó de forma prácticamente general.

Bruce Shapiro, director del Dart Center de la Universidad de Columbia, que ayuda a los informadores a trabajar en casos dramáticos, explicó que la tragedia de Newtown o la matanza de la universidad Virginia Tech (32 asesinados en 2007) hizo «muy evidente» que la «abrumadora presencia» de los medios es «muy difícil» para las poblaciones locales.

«Newtown acogió a la prensa nacional e internacional el año pasado, pero se le acabó haciendo muy difícil y al final, en una ciudad pequeña, todo acabó por convertirse en un circo», afirmó Shapiro en declaraciones a Efe.

Este especialista consideró que algunos medios fueron «más cuidadosos» mientras que otros, acuciados por la competitividad de «poner a alguien en pantalla», llegaron a entrevistar a niños pequeños.

Shapiro recuerda que en otros lugares donde ha habido tiroteos masivos fuera de EE.UU., como el Reino Unido, Australia y Alemania, la prensa se abstuvo de hacer grandes coberturas en los aniversarios.

Por ello, espera que el caso de Newtown genere «una tendencia», de forma que «se establezcan un estándar y unos perímetros», al menos entre los medios «serios» frente a los «que explotan» las tragedias en busca de mejores índices de audiencia.

Si bien anticipa que cuando haya otra matanza u otro tiroteo volverá a haber grandes coberturas informativas, ya que no dejan de ser noticia, Shapiro insiste en que a los medios cada vez les preocupa más «angustiar a los supervivientes e inspirar imitadores».

Bruce Shapiro apunta también al impacto de estos casos en los propios periodistas, y recuerda que su centro estableció un servicio de ayuda psicológica para los informadores (algunos de ellos veteranos en conflictos o hechos trágicos) que acudieron a Newtown hace un año y se vieron abrumados por la dura realidad.