Por Thomas Schörner (dpa) – Prácticamente no existe una forma cómoda de compartir un acceso a Internet salvo el WLAN. En teoría casi todos los smartphones se pueden convertir en un «hotspot» (un «punto caliente» de acceso a Internet), pero muchas veces el teléfono solo se puede usar entonces de forma limitada. Además, «la batería del smartphone tiene que trabajar más por el uso como hotspot WLAN», explica Markus Eckstein, redactor de la revista alemana de computación «connect». En el peor de los casos se agota como un soplo.
Para el navegante es más cómodo trabajar con un hotspot UMTS o LTE. Los dispositivos, que tienen el tamaño de la palma de la mano, con módem de telefonía móvil y ranura para tarjeta SIM, también se llaman «routers de viaje».
«Es apropiado sobre todo para tabletas y laptops que no tienen un módulo UMTS o para smartphones sin un plan de datos adecuado», dice Bettina Seute, del portal de telecomunicaciones «Teltarif.de». «De esta manera, durante las vacaciones solo se necesita la correspondiente tarjeta SIM de datos y toda la familia puede navegar en Internet».
La posibilidad de ser localizado telefónicamente tampoco se limita si se usa un router de viaje en lugar del smartphone. «Para ahorrar gastos, se puede usar el punto caliente con otra tarjeta SIM, por ejemplo en el exterior, junto con la tarjeta de un operador de red local y seguir estando localizable en el celular con la tarjeta SIM de su propio país», explica Eckstein.
Según el experto, tres factores son muy importantes para una navegación rápida: en primer lugar, los estándares de telefonía móvil que el operador de red ofrece. En segundo término, ¿a cuáles de esos estándares da soporte el router? Y en tercero, ¿cómo es la alimentación de red y la recepción? «Los routers con conectividad LTE, que teóricamente dan soporte a una velocidad de transferencia de datos de hasta 100 Mbit/s, son un poco más caros pero también más seguros de cara al futuro», dice Eckstein.
Los otros routers con UMTS/HSPA ofrecen teóricamente tasas de transferencia de 21 o 42 Mbit/s. Sin embargo, «el mal servicio y la concentración en el mismo lugar de otros muchos usuarios de Internet hacen que las tasas reales generalmente sean bastante más bajas», explica Eckstein. Los usuarios de LTE tienen actualmente una ventaja: los dispositivos finales con conectividad LTE aún no están muy extendidos, por lo que la capacidad de la red no está siendo utilizada muy intensamente.
También los usuarios no iniciados pueden configurar fácilmente un router de viaje UMTS o LTE. «Muchos están configurados con una contraseña de inicio con la que está encriptada la red WLAN», dice Bettina Seute. Entonces, la configuración generalmente se hace sobre la interfaz de usuario del router de viaje, a la que se puede acceder desde el navegador. Seute recomienda a los usuarios que cambien la contraseña cuando entren por primera vez. Lo mismo vale para la contraseña que protege la interfaz.
Pese a todo, un router de viaje no garantiza el uso de Internet durante las vacaciones, sobre todo cuando la red de telefonía móvil extranjera es débil o está sobrecargada o transmite con fallos. «Como en todo el mundo se utilizan diferentes frecuencias para la telefonía móvil, puede ocurrir que los dispositivos finales comprados en el propio país no funcionen en la red extranjera», dice Seute.
Las tarjetas SIM de proveedores en el extranjero no solo se pueden conseguir en el lugar de destino sino también, en muchos países, antes de emprender el viaje. «Para ello existen varias tiendas online», dice Eckstein. Dependiendo de la tarifa, cuando el viaje se realiza dentro de Europa, una tarjeta SIM del país de origen del viajero puede ser una opción más económica. «En algunos casos se puede reservar por unos cuantos euros una tarifa plana diaria».
Sin embargo, quien pasa sus vacaciones en su propio país navega más económicamente, dice Seute. En Alemania, por ejemplo, se pueden comprar planes de datos con un volumen de alta velocidad de dos gigabytes a partir de 13 euros (17,70 dólares) y con un volumen de cinco gigabytes a partir de unos 15 euros (20 dólares).
Los precios de los routers oscilan entre 50 y 200 euros (entre 65 y 270 dólares). Entre los fabricantes figuran D-Link, Huawei, Netgear, TP-Link, TrekStor, ZTE y Zyxel. Los puntos calientes con LTE más económicos cuestan actualmente unos 120 euros (165 dólares). La revista alemana «MacWelt» sometió a un test tres routers de viaje. El vencedor fue TP-Link (a partir de 50 euros o unos 70 dólares), que convenció sobre todo por su largo tiempo de ejecución y configuración de fábrica encriptada. A quienes quieren tener LTE los expertos les recomiendan el Zykel WAH7130 (a partir de 155 euros o 210 dólares).
Muchos routers de viaje también pueden ser útiles en casa si dan soporte a WLAN, explica Bettina Seute. Como repetidor llevan la red también a rincones de la casa con una conexión débil, aunque hay una pequeña restricción: «Quien usa su router móvil como repetidor debería tomar en cuenta que el alcance no es tan grande como el de los routers y repetidores tradicionales».
