«Nacidos para perder», la nueva amenaza de la NBA

nbaMadrid/Los Angeles, 28 oct (dpa) – Los «nacidos para perder» preocupan a los directivos de la NBA, que comienza mañana su nueva temporada con una tendencia creciente entre los equipos, la de dejarse ganar adrede.

No es una sospecha de cierto tipo de prensa más o menos sensacionalista, sino que se trata de un asunto real, tanto, que los equipos en esa situación ya tienen una etiqueta de impacto: «Born to lose» (Nacidos para perder).

Lo reconoce el mismo alto comisionado de la Liga, David Stern: «Estamos preocupados, debemos estar vigilantes, no podemos permitirnos cualquier duda sobre el juego limpio de nuestra organización».

Todo nace en la perversión de un sistema que favorece las expectativas de futuro de los peores equipos, aquellos que en realidad menos bien han hecho su trabajo.

El comienzo de la perversión está en el famoso «tanking», el sistema de elección de jugadores en el «draft». Con ese método, los equipos peor clasificados de la temporada tienen las mejores posibilidades de elegir en los primeros lugares a los mejores «novatos» antes de comenzar cada temporada.

Y resulta que existe un consenso de que próximo «draft» de 2014 va a ser uno de los mejores del presente siglo, con una estrella deseada por todos, el canadiense Andrew Wiggins, ya bautizado como «el nuevo LeBron James».

«Quizá sea el momento de redefinir la lotería (del «draft») y crear un sistema que motive a los equipos para que salgan a ganar», explicó recientemente Steve Kerr, antiguo jugador y actual analista para la página web oficial de la NBA.

El crítico añadió otra importante reflexión fijándose en el fútbol y baloncesto de Europa: «¿Qué sucedería si la NBA en realidad penalizara a los equipos por ser malos en lugar de premiarlos? ¿Y si los dos peores equipos de la Liga en realidad fueran los que menos posibilidades tienen de ganar la lotería?».

Pero no sólo está el asunto del «draft», sino que en el horizonte de final de temporada aparece el llamado «mercado de agentes libres», que son los jugadores con contrato finalizado.

La ecuación es clara: muchos equipos han preferido guardar su dinero y reducir su masa salarial con el fin de tener la posibilidad de realizar buenas ofertas por esos agentes libres al finalizar la actual temporada. Es decir: decidieron tener peores planteles en el actual campeonato para invertir en el de la siguiente temporada.

La lista de próximos agentes libres es espectacular: Kobe Bryant, Pau Gasol, LeBron James, Dwyane Wade, Chris Bosh, Dirk Nowitzki, Carmelo Anthony, Amare Stoudemire, Tim Duncan, Andre Iguodala, Paul Pierce, Danny Granger, Luol Deng, Rudy Gay, Zach Randolph o Andrew Bogut.

Por todas esas razones, la NBA se apresta a vigilar las actuaciones de equipos como Philadelphia 76ers, Toronto Raptors, Orlando Magic, Utah Jazz, Phoenix Suns, Sacramento Kings, Charlotte Bobcats y hasta Boston Celtics.

Pero aquí surge otra pregunta: ¿Qué pueden hacer los directivos de la NBA con equipos que en realidad no han incumplido las normas, sino que lo que han hecho ha sido seguirlas para utilizarlas en su propio beneficio?

La NBA sancionó la pasada temporada a los San Antonio Spurs por no alinear a sus mejores hombres en un partido ante el Miami Heat. El técnico de los Spurs, Gregg Popovich, alegó (con cierta razón) que el equipo estaba agotado después de jugar seis partidos en ocho días. Fue sancionado con 200.000 dólares por «no seguir las normas de juego limpio y no respetar la competición», según informó la Liga.

Sin embargo, el caso ahora es diferente, por más que el sistema de confección de equipos esté «desvirtuando» la competición, como sugiere Kerr.

«Llámenme pasado de moda, pero lo que deseo es que cada equipo luche con todas sus fuerzas por ganar durante toda la temporada», ruega Kerr. Lo cierto es que ahora nadie asegura que todos los equipos tenga la victoria como prioridad.

Por Alberto Bravo