Londres, 19 oct (dpa) – Después de dos semanas de respiro por el parón de selecciones, el Manchester United de José Mourinho volverá mañana a su lucha cotidiana cuando visite al Chelsea en un partido que podría ser decisivo para el futuro del entrenador portugués.
Enfrentado con los medios, con varios referentes del plantel y con la directiva, Mourinho se encuentra en el ojo de la tormenta desde el inicio mismo de la temporada, pero los rumores sobre un posible despido cobraron más fuerza que nunca en la última jornada de la Liga inglesa de fútbol.
Varios medios británicos, incluso, dieron su salida como un hecho fuera cual fuera el resultado ante el Newcastle hace dos semanas. Sin embargo, el United logró rescatar entonces una milagrosa victoria por 3-2 tras remontar una desventaja de dos goles en los últimos 20 minutos y el portugués de momento sigue en su puesto.
Pero mañana tendrá una nueva prueba de fuego en Stamford Bridge, la casa de su antiguo club. El Chelsea, con 20 puntos, se encuentra en el grupo de líderes de la clasificación y aún no ha perdido en el campeonato.
El United, en cambio, está viviendo su peor inicio de temporada en 29 años. Con apenas 13 puntos, el equipo de Mourinho marcha en la octava posición.
El técnico portugués aseguró hoy que la visita a Stamford Bridge no supone nada especial, más allá del respeto que tiene por el estadio y los fans del Chelsea. «Para mí es un partido más. Soy del Manchester United al cien por ciento», señaló Mourinho.
El viaje al estadio londinense ha sido históricamente difícil para los de Mánchester, que sumaron apenas un empate en sus últimas ocho visitas entre las diferentes competiciones.
«Stamford Bridge es un estadio difícil», reconoció el español Juan Mata. «Debemos intentar repetir los 20, 25 o 45 minutos increíbles que hicimos ante el Newcastle», pidió el mediocampista. «Creo que aquella segunda parte ha sido muy, muy buena. Debemos intentar construir a partir de ello».
Los otros líderes del campeonato, el Manchester City y el Liverpool, tendrán mañana encuentros teóricamente más sencillos. El conjunto de Josep Guardiola recibe al Burnley y el Liverpool visita al Huddersfield, que marcha en zona de descenso.
Tras un comienzo de temporada imparable, el conjunto de Jürgen Klopp cayó en un pozo y suma cuatro partidos sin ganar entre las diferentes competiciones. El entrenador alemán del Liverpool, además, afronta el duelo ante el Huddersfield con varios jugadores importantes en duda.
Mohamed Salah, Virgil van Dijk, Sadio Mané y Naby Keita llegaron tocados de sus partidos de selección y no está claro si podrán jugar el sábado. Pero aún sin ellos, el Liverpool debería ser favorito ante un rival que todavía no ganó en el torneo.
El City, que ocupa el primer lugar por mejor diferencia de goles, tendrá en cambio la buena noticia del regreso de Kevin De Bruyne después de dos meses de ausencia por una lesión de rodilla.
«Sí, está ya disponible. Pero no sé si podrá jugar los 90 minutos», dijo hoy Guardiola. «Ha entrenado las últimas dos semanas. No tiene dolor y está listo para ser parte del grupo».
El Tottenham, que tras un pobre comienzo de campeonato se ha acercado al grupo de líderes, visita mañana al West Ham en una jornada sabatina que se completa con los duelos Newcastle-Brighton, Cardiff-Fulham, Bournemouth-Southampton y Wolverhampton-Watford.
El domingo, el Everton recibe al Crystal Palace y el lunes la novena fecha se cierra con el duelo entre el ascendente Arsenal y el Leicester.
Por Bob Bensch (dpa)