Moscú oculta debilidad económica con visitas de empresarios alemanes

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PUTIN2Moscú, 28 mar (dpa) – Fuga de capitales, recesión, inflación desbocada… la economía rusa tendrá que pagar un precio muy alto por la anexión de la península de Crimea. A la vista del retroceso económico, el Kremlin tendrá que despedirse de la modernización durante décadas», asegura el economista Vladimir Tijomirov. Para este moscovita, el conflicto con Ucrania deja a la vista de golpe las debilidades de la economía rusa, como si se viera «con un microscopio».

El gobierno de Moscú no ha intentado ocultar la situación. Tan sólo en el primer trimestre del año los inversores sacaron del país 70.000 millones de dólares (unos 51.000 millones de euros), anunció el viceministro de Desarrollo Económico, Andrei Klepach. Una cantidad que supera al total del capital retirado en todo el año pasado.

La crisis de Crimea seguirá siendo cara para Rusia, admitió Klepach. Mientras la economía mundial se recupera, Rusia amenaza con descolgarse, advierten los expertos.

Vladimir Putin está además políticamente aislado, o al menos así lo perciben mandatarios como el presidente estadounidense, Barack Obama, o la canciller alemana, Angela Merkel, para los que se trata de la peor crisis con Rusia desde la Guerra Fría.

Pero los medios estatales rusos presentan otra imagen, y en ella, la reciente visita a la residencia de Putin del presidente de la emprsa alemana Siemens, Joe Kaeser, se convierte en el tema central de informativo de la noche.

En la «conversación amistosa y en una atmósfera de confianza», según el diario «Kommersant», participaron ocho personas. Entre ellas hay un hombre al que el gobierno estadounidense ha sancionado por el conflicto de Crimea: el presidente de la red ferroviaria rusa, Vladimir Yakunin.

Y dentro de poco, Rusia recibirá otra visita de Alemania: la de Rüdiger Grube, presidente de la junta directiva de la Deutsche Bahn, la empresa ferroviaria alemana, que viajará a Moscú en abril.

El mensaje de los medios controlados por el Kremlin está claro: Occidente no consigue arrinconar a Putin. La prensa rusa también ha destacado las recientes declaraciones del ex canciller socialdemócrata alemán Helmut Schmidt, quien consideró «absolutamente comprensible» la postura de Putin en la crisis de Crimea.

Muchos analistas de Moscú consideran todo esto una «lamentable propaganda». «Los problemas económicos de Rusia no proceden sólo del conflicto con Ucrania, pero éste los acrecentó», afirma Nikolai Petrov, del Carnegie Centre de Moscú. El año pasado el rublo ya cayó y la coyuntura perdió impulso. Ahora, la crisis de Crimea es una buena oportunidad para remediar las causas, afirma Petrov en declaraciones a la cadena de radio Echo Moskwy.

Según los pronósticos del Banco Mundial, Moscú debería contar con una fuga de capitales de hasta 150.000 millones de dólares solo este año. Pero la presidenta del Banco Central ruso, Elvira Nabiullina, ya ha anunciado que si es necesario, se evaluará poner más liquidez a disposición de los bancos, quizás a través de créditos al descubierto.

Por otro lado, Putin anunció un nuevo sistema de pagos que compita con las empresas de tarjeta de crédito estadounidenses, después de que Mastercard y Visa suspendiesen temporalmente sus servicios a los bancos rusos.

En realidad, en los recientes Juegos Olímpicos de invierno Rusia quería brillar también como plaza económica. Muchos tenían la esperanza de que las competiciones olímpicas de Sochi mejorasen la imagen del país.

«Ahora la crisis de Crimea destruye mucho de eso», opina Petrov, aunque cree que el elevado precio del petróleo y el rublo débil podrían asegurar un presupuesto equilibrado.

Por Wolfgang Jung