Berlín, 27 nov (dpa) – La canciller alemana, Angela Merkel, celebró hoy el acuerdo al que llegaron sus conservadores con el rival Partido Socialdemócrata (SPD) para formar un gobierno de coalición hasta 2017 que promueva reformas moderadas y prometió que el nuevo Ejecutivo a su cargo también bregará por la estabilidad en Europa.
«El espíritu de este acuerdo es que somos una gran coalición para afrontar las grandes tareas de Alemania», dijo la jefa de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) al presentar el documento de 185 páginas junto con los titulares del SPD, Sigmar Gabriel, y de la la Unión Cristiano Social (CSU), la rama bávara, de la CDU, Horst Seehofer.
Los tres partidos acordaron esta madrugada tras una sesión maratoniana de 17 horas de negociaciones la formación de la tercera «gran coalición» en Alemania. El acuerdo se forjó dos meses después de las elecciones en las que Merkel no logró la mayoría necesaria para gobernar y se vio forzada a buscar el apoyo del SPD para formar una alianza como la que dirigió entre 2005 y 2009.
El pacto, que contempla la implantación gradual de un salario mínimo nacional, mejoras en el sistema jubilatorio y la doble nacionalidad para hijos de extranjeros nacidos en Alemania, aún debe ser aprobado por las bases del SPD, unos 475.000 afiliados.
De conseguir el visto bueno de los socialdemócratas a mediados de diciembre, Merkel podría asumir su tercera jefatura de gobierno el 17 de diciembre.
Merkel gobernó de 2005 a 2009 junto con los socialdemócratas y en la legislatura pasada con el Partido Liberal, que quedó fuera del Parlamento en los comicios de septiembre.
«Vinimos con conceptos muy diferentes a la negociación y por eso duró tanto. Es muy interesante cómo se pueden ver de un modo tan diferente temas concretos», dijo Merkel ante la prensa en Berlín.
La mandataria alemana destacó la vocación europea del futuro gobierno. «Europa es indispensable. Sólo podemos ser fuertes si Europa es fuerte». La canciller prometió una Europa estable. «No desarrollaremos una unión de la deuda, sino una unión de la estabilidad». El presidente del SPD, Sigmar Gabriel, la secundó al calificar como uno de los temas centrales la estabilización de Europa y del euro. «No se puede dañar a esta gran idea europea de la que depende el futuro de la gente en el continente. Le tenemos que dar una perspectiva de empleo a la gente en Europa».
El acuerdo pone fin a una larga espera en Europa para avanzar en proyectos clave como la creación de una unión bancaria. El documento contempla que Alemania apoyará la creación de una unión bancaria y de un sistema para liquidar bancos en crisis, pero mantendrá su rechazo a los eurobonos o cualquier mutualización de la deuda pública.
Cansados tras una noche interminable pero de un excelente humor e intercambiando bromas, los tres líderes políticos desgranaron los principales ejes de la futura gestión de gobierno y aseguraron que el documento plasma reivindicaciones centrales de sus campañas.
Anunciaron que Alemania tendrá un salario mínimo interprofesional, una demanda clave de los socialdemócratas, pero de forma escalonada entre 2015 y 2017. «Fue uno de los mayores obstáculos que tuvimos que superar», confesó Merkel, quien para la ocasión lució una chaqueta verde.
Merkel y sus democristianos lograron imponer las mejoras en el sistema jubilatorio que propugnaban y el propósito de no aumentar los impuestos ni contraer deudas nuevas a partir de 2015, al tiempo que accedieron a la doble nacionalidad para hijos de extranjeros nacidos en Alemania.
La CSU de Baviera consiguió que fuera incluido el cobro de peaje de autopistas para extranjeros que tanto anhela en esta región fronteriza con Austria y Suiza. Pero el peaje será impuesto siempre y cuando sea compatible con el derecho europeo y no suponga cargas adicionales para los automovilistas de Alemania.
Los tres partidos convinieron posponer hasta después de la votación de las bases del SPD el anuncio del reparto formal de ministerios y sus titulares. Aun así, se baraja que Wolfgang Schäuble permanecerá en la cartera de Finanzas y que Gabriel asumiría un ministerio de Economía con más competencias.
El líder socialdemócrata se mostró confiado de que las bases de su partido darán el visto bueno al «acuerdo para la gente común». «Los miembros del SPD estarán orgullosos de lo que hemos conseguido para la gente en Alemania en este acuerdo de coalición».
Merkel desechó las dudas en torno a la financiación. «Hemos calculado todo con mucho cuidado». Según las cifras que circulan, los planes demandarían gastos adicionales de 23.000 millones de euros, mientras que la planificación del ministerio de Finanzas partía de un superávit de 15.000 millones de euros hasta fines de 2017.
Los resultados del acuerdo fueron criticados por la oposición de La Izquierda y Los Verdes, que quedará reducida a un 20 por ciento del Parlamento, la menor dimensión en más de 40 años.
«No hay una línea clara», se quejó la presidenta de Los Verdes, Simone Peter, y sostuvo que los planes «frenan el desarrollo de las energías renovables».
«No hay ningún cambio en la política europea, todo sigue como antes», se quejó, por su parte, el jefe del grupo parlamentario del Partido La Izquierda, Gregor Gysi. «Ponen la competitividad por encima de todo, algo que en Alemania ha llevado a la caída de los sueldos reales y a los recortes de las prestaciones sociales».
También el sector industrial se mostró escéptico. «No es un plan maestro para nuestro país, la señal es parálisis en lugar de despegue», dijo el presidente de la Federación Industrial Alemana, Ulrich Grillo. La Cámara Alemana de Industria y Comercio, por su parte, advirtió que medidas como el salario mínimo hacen peligrar puestos de trabajo y la competitividad.