May defiende su plan para el «Brexit» y pide unidad a su partido

Birmingham/Londres, 3 oct (dpa) – A pesar de las fuertes críticas, la primera ministra británica, Theresa May, defendió hoy sus planes para sacar al Reino Unido de la Unión Europea («Brexit»), paró los pies a sus adversarios internos y pidió unidad en el discurso de clausura del congreso del Partido Conservador.

May, que se encuentra bajo presión también dentro de su propio partido, se mostró hoy confiada y subió al escenario en Birmingham al ritmo de «Dancing Queen» de Abba, con unos movimientos casi robóticos que recuerdan a su baile de Sudáfrica que recientemente generó burlas.

La mandataria se mostró optimista y convencida de que Reino Unido tendrá un gran futuro cuando salga de la Unión Europea (UE). «Los mejores días están por delante y el futuro está lleno de promesas», afirmó.

May pidió a los conservadores que la apoyen en su plan para el «Brexit». «Incluso si no estamos de acuerdo en todas las partes de esta propuesta, tenemos que unirnos», dijo.

«Necesitamos un partido para todo el país», afirmó. «Un partido no sólo para unos pocos, ni siquiera para muchos, sino para todo el que quiera trabajar duro y dar lo mejor de sí mismo».

También aprovechó su discurso para arremeter contra el líder laborista, Jeremy Corbyn, al que acusó de rechazar los valores comunes que en el pasado tendieron puentes.

Los planes de May para el «Brexit» generan rechazo dentro de un sector de su propio partido, que pide una ruptura más clara con Bruselas de la que plantea la jefa de Gobierno.

El ex ministro de Exteriores Boris Johnson utilizó el martes su paso por el congreso conservador para atacar con dureza los planes de May, que calificó de «traición» hacia los votantes.

En los últimas semanas han surgido especulaciones sobre el futuro de May ante las críticas a sus planes para el «Brexit», aunque Johnson no cuestionó el martes explícitamente su liderazgo, como algunos esperaban.

Aun así, según publicó hoy el diario conservador «Daily Telegraph», miembros del gabinete de May la están presionando para que establezca un calendario para su renuncia. Según el periódico, algunas figuras importantes de los «tories» hablaron sobre un plan para derribar a May si se niega a dimitir antes de las elecciones general de 2022.

Sin embargo, May insiste en sus planes para el «Brexit», que tampoco acepta la UE, con la que las conversaciones están estancada. «No he hecho otra cosa que tratar con respeto a la UE y Reino Unido espera lo mismo», dijo hoy.

Está previsto que Reino Unido abandone el bloque europeo en marzo de 2019 pero ambas partes no llegan a un acuerdo sobre los términos en los que debe hacerlo. Si no se alcanza ese acuerdo se produciría un «Brexit» desordenado que podría tener consecuencias económicas, entre otras.

El plan de May contempla la creación de un área de libre comercio para productos agrícolas que mantendría el sector atado a la normativa europea del mercado único, así como una frontera abierta entre Irlanda del Norte e Irlanda. Sin embargo, Londres abandonaría el mercado único para servicios, que representan el 80 por ciento de su economía.

El martes la premier presentó además sus planes de política migratoria para la era post-«Brexit», con el objetivo de reducir la cifra de migrantes a menos de 100.000 al año.

Los ciudadanos de la UE que quieran emigrar a Reino Unido tras el «Brexit» no tendrán más facilidades que los ciudadanos de cualquier otro país. Especialmente difícil lo tendrán los trabajadores con una baja cualificación.

En el futuro, quien quiera vivir y trabajar en Reino Unido tendrá que demostrar que ya cuenta con un salario mínimo. La reunificación familiar, además, sólo será posible con el apoyo del empleador.

Pero no sólo será más complicado residir en Reino Unido sino también viajar allí para hacer turismo. Quien quiera hacerlo tendrá que someterse previamente a un control de seguridad, de forma similar a lo que ocurre en Estados Unidos.

Quienes no se verán afectados por los cambios son los estudiantes, que deberán demostrar simplemente que pueden costearse la vida. También los alrededor de tres millones de europeos que ya viven en el país quedarán exentos de las nuevas regulaciones.

Por Bill Smith, Christoph Meyer y Silvia Kusidlo (dpa)