Madrid, 17 feb (EFE).- En la Plaza de la Platería de Martínez, a pocos pasos del Museo del Prado y en pleno Barrio de las Letras de Madrid, se exhibe hasta el próximo 23 de febrero una obra escultural del artista Max Streicher que reinterpreta el «Guernica» de Picasso y que invita a alzar la mirada al cielo.
Coincidiendo con la celebración de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo (ARCO) se ha instalado en las alturas de un hotel este trabajo, elaborado a partir de tela de vela inflada y que ha sido bautizado con el nombre «Battle of Cannae».
El resultado es una voluminosa figura semejante a una gran nube, de la que emergen un toro, dos caballos y dos figuras con rasgos humanos, y que Streicher, conocido por combinar en sus obras la escultura y la instalación, presenta en la capital por primera vez, después de un proceso de trabajo que comenzó hace seis meses.
«Las figuras y formas de Picasso son muy esculturales, aunque sean pinturas», afirma el artista canadiense a Efe, y confiesa que una de sus «fantasías» sería reinterpretar algunas de las pinturas picassianas en las que aparece el mar, a través de esculturas «monumentales» que situaría en la orilla de una playa.
En esta ocasión, los trazos del «Guernica» le recuerdan a las representaciones de los relieves de los sarcófagos griegos y romanos, en los que también hay figuras interactuando en mitad del «caos y la batalla».
Precisamente, el título de la escultura viene de la Batalla de Cannas, que enfrentó al ejército púnico de Aníbal contra el romano y supuso la derrota de este último. Esto dio pie a que los ciudadanos romanos especularan sobre los sueños y premoniciones previas a la batalla; una de ellas protagonizada por un toro.
El toro, figura central de la escultura, lleva implícita una idea de «renacimiento y regeneración», según Streicher, aunque se apresura a destacar que él «nunca se centra mucho en el simbolismo», sino que prefiere poner el centro de atención en el «drama» que transmite la obra.
«Los caballos en particular tienen ese drama para mí; son salvajes, poderosos, fuertes, veloces… y nosotros nos inspiramos con estas cualidades», indica el artista.
Exponer su obra en un lugar público, es para él «más interesante» que hacerlo en una galería, ya que entra en juego el factor «sorpresa».
Además, el estar al aire libre favorece que haya «movimiento», reforzando así una idea que tiene presente en sus trabajos: que cuando el espectador vea la obra «respirar», se produzca una «reacción física en su cuerpo», es decir, que el público sienta ese movimiento en sus propias carnes.
Asimismo, uno de sus objetivos es que «la gente mire de una manera diferente el mundo que le rodea» gracias a sus esculturas, y que estas ayuden a que cambie la concepción del resto del paisaje.
«Algunas veces sales de ver una película y sientes que todavía estás en ella, porque es muy poderosa. Quizá el arte también es así», ejemplifica Streicher.