Margallo defiende la Estrategia de Acción Exterior y espera el respaldo de los grupos

8368761wMadrid, 16 dic (EFE).- El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha defendido hoy la Estrategia de Acción Exterior como un instrumento «consistente, coherente y ordenado» para la política exterior española y ha dicho que desea que el documento cuente con el respaldo de todos los grupos parlamentarios.

García-Margallo ha comparecido hoy a petición propia en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso para explicar la Estrategia de Acción Exterior, que fija las líneas maestras de la política exterior española para los próximos cuatro años.

El jefe de la diplomacia española ha destacado que habrá plazo para formular las observaciones oportunas y ha asegurado que se estudiarán en comisión o con los ponentes «con el máximo cuidado».

Se ha mostrado partidario de «enriquecer» el texto que tiene vocación para durar cuatro años y siempre y cuando se quiera ser «un país serio, fiable, previsible, que conoce sus objetivos, sus medios, su posición en el mundo y sus intereses».

Con esta estrategia, cuyo estatus será similar al de la Estrategia de Seguridad Nacional, España se dotará por primera vez de un documento para ejercer la política exterior.

La estrategia, prevista en la Ley de Acción y del Servicio Exterior aprobada el pasado mes de marzo, ha sido sometida a los sindicatos, las organizaciones empresariales y grupos de reflexión, así como a las comunidades autónomas y las corporaciones locales, por lo que todos han hecho las consideraciones que han creído oportunas, ha dicho el ministro de Exteriores.

Unas prioridades de la acción exterior que, según ha dicho, pasan por ser coherentes, eficaces y transparentes, proyectar valores e intereses de España en el mundo, hacer del ciudadano el centro de la política exterior y proyectar una imagen de país avanzado, tecnológicamente moderno y diplomáticamente fiable.

El ministro se ha referido a la Ley de Acción Exterior para asegurar que se ha intentado en cuatro ocasiones y que cubre un hueco en la legislación, después de que Estados Unidos tuviera una norma similar desde 1980, Alemania desde 1990, Francia la aprobó en 2001 y España se incorpora ahora a este grupo de países.

García-Margallo ha señalado que España no puede permanecer ajena al orden internacional y al que se ha incorporado «con fuerza» y ha explicado razones internas (el agotamiento del modelo de política exterior de la Transición y las consecuencias de la crisis económica), externas (la globalización, la multipolaridad y la crisis del multilateralismo) y mixtas que justifican la Estrategia.

Según la estrategia, ha apuntado el ministro, Estados Unidos sigue siendo una nación indispensable y será un actor relevante durante muchos años, la UE «pese a sus deficiencias» sigue siendo otro actor importante y América Latina «se encuentra con alguna dificultad que esperamos sea temporal» aunque políticamente es estable y emerge de forma sostenida y clara.

García-Margallo se ha referido además a Asia-Pacífico, donde España debe incrementar su presencia, «abandonada durante mucho tiempo», en tanto que en su segunda intervención -en respuesta a las críticas de la oposición- ha defendido que su Gobierno sí tiene posición en Oriente Medio, Siria y Libia.

Ha explicado que precisamente ayer estuvo cinco horas hablando con el enviado especial de la ONU para Libia, el español Bernardino León, para ver qué se puede hacer en el país norteafricano.

La portavoz de Exteriores del PSOE, Trinidad Jiménez, ha considerado que al documento le falta visión estratégica y ha señalado además que es un texto «demasiado largo, extenso, profuso, descriptivo, plano, con demasiada historia y poco futuro» en el que «se diluyen los elementos fundamentales».

El diputado de CiU Jordi Xuclà ha dicho que los «buenos propósitos» de esta estrategia para Cuba y Venezuela después de las recientes tensiones diplomáticas «expresan voluntarismo más que cumplimiento de objetivos».

Aitor Esteban, portavoz del PNV, ha señalado que este documento es «muy generalista y redundante», ha criticado que se haya envidado a las comunidades cuando ya estaba redactado y ha rechazado que se las coloque al nivel de universidades, redes o empresas.

Por la Izquierda Plural, Joan Josep Nuet ha calificado la estrategia de «mala hoja de ruta» y de «corta y pega de la gestión desganada y pueblerina de la política exterior».

En nombre del Grupo Mixto, el diputado de UPN Carlos Salvador ha pedido al Gobierno disposición para escuchar las aportaciones de los grupos y a la oposición «un ejercicio de altura de miras para poder sacar del debate coyuntural y partidista este tema».