«Mamá, este brote es muy malo, tenemos miedo», cuenta empleada del consulado de Sierra Leona

6545658wMadrid, 10 ago (EFE).- «Mamá, este brote es muy malo, tenemos miedo». Esas fueron las palabras que, entre lágrimas, han transmitido a Nanah Kamara, empleada del consulado de Sierra Leona en España, sus hijas desde un pueblo cercano a Freetown, capital de uno de los países más afectados por el ébola.

«Ayer estuvimos hablando hasta las doce de la noche. Mis hijas lloraban y yo también, no pueden moverse de casa», relata la madre, quien admite, en declaraciones a Efe, «tener miedo» de que sus «niñas», como se refiere a ellas, se puedan contagiar.

«El sitio donde vive mi familia es muy malo, al estar cerca de la costa, si una persona se contagia todo el pueblo puede caer enfermo después», lamenta Kamara, quien reconoce que las condiciones sanitarias en Sierra Leona distan mucho de ser las mejores.

Los médicos locales están abandonando los hospitales en los que trabajan por miedo a contagiarse, afirma Kamara. Y la situación se ha extendido incluso a los centros sanitarios más importantes del país.

«El hospital más grande, Connaught, ha cerrado porque los doctores no quieren trabajar, tienen miedo, nadie quiere trabajar con enfermos», lamenta.

Con todo esto, no sorprende que la africana califique la situación en su tierra de «fuera de control», porque además de las deficiencias en el sistema sanitario, hay muchos otros problemas que crecen con el paso de los días.

«No hay comida, la gente se está encerrando en casa y no puede moverse», lamenta la empleada del consulado, quien adelanta que la comunidad sierraleonesa en España se está poniendo en marcha para intentar ayudar a sus familiares y amigos en África.

De hecho, representantes de esta colonia de inmigrantes intentan organizar una concentración para el sábado frente al Ministerio de Sanidad con el fin de pedir ayuda para su país porque, como señala Kamara, «desde casa no podemos hacer nada».

La intención, según ha adelantado a Efe, es «que pueda venir gente desde todos los puntos de España donde haya ciudadanos de Sierra Leona» -como Bilbao, Girona, Canarias o Barcelona: «Hay que pedir ayuda, porque nuestras familias están muriendo».

En estos momentos de caos, angustia y descontrol en Sierra Leona, la radio es un buen aliado para la población y Kamara explica que a través de las ondas se ha advertido a los ciudadanos de que si van a salir de casa «se duchen con agua caliente y sal», un remedio que angustia aún más a la africana, ya que no lo considera, para nada, suficiente.

Muchos sierraleoneses buscan ayuda en el Consulado para intentar traer a sus familias o para intentar ayudar de alguna forma a sus seres queridos, atrapados en Sierra Leona, uno de los epicentros del brote de ébola.

«La gente está trayendo medicinas al Consulado, pero el problema es que no tenemos dinero para enviarlo hasta nuestro país», lamenta Kamara, quien reconoce que el trance de desesperación que ella atraviesa desde que surgió el virus, lo viven también otros muchos compatriotas que residen en España.

«La hermana de una mujer que vive en San Sebastián fue la primera en morir a causa del ébola en Sierra Leona. También allí sabemos qe está infectada la prima de otro chico que vive en Canarias,… todos tenemos familia en los hospitales y en las localidades afectadas», expone Nanah.

Angustia y nerviosismo se apoderan de los pensamientos de muchos sierraleoneses que salieron de su país en busca de un futuro mejor pero que desde hace unas semanas observan con impotencia y «pasándolo muy mal», como subraya Kamara, la situación que sufren sus familiares a cientos de kilómetros de distancia.

Enrique Delgado Sanz