Madrid, 20 dic (dpa) – Millones de españoles estarán pendientes, a partir de las 9:00 horas (8:00 GMT) de este domingo, de los dos grandes bombos del sorteo de Lotería de Navidad que, ubicados en el Teatro Real de Madrid, atesoran 100.000 números y repartirán 2.240 millones de euros en premios (más de 3.000 millones de dólares).
Según un estudio publicado estos días, ocho de cada diez españoles juegan a la Lotería de Navidad. Lo hacen menos que hace cinco años, cuando comenzó la crisis que asola al país: el gasto ha descendido desde entonces, pero se calcula que cada español gasta de media 50 euros (69 dólares) en este sorteo extraordinario.
Miles de familias sueñan con un buen «pellizco» para afrontar las dificultades que atraviesan en un país con una tasa de desempleo del 26 por ciento y medio millón de desahuciados por no poder pagar la hipoteca de su vivienda.
El mayor premio de este histórico sorteo, el denominado «gordo», asciende a 400.000 euros por boleto (550.000 dólares). Este año, por primera vez, se aplicará una polémica medida: el fisco español se quedará con el 20 por ciento de la cuantía siempre que ésta supere los 2.500 euros (3.400 dólares).
Los premios son «apetitosos» pero, en España, a la Lotería de Navidad se juega, sobre todo, por tradición. Familias, amigos y compañeros de trabajo se regalan y comparten números con los se encomiendan a la suerte.
Desde hace meses, largas colas flanquean las principales administraciones de lotería. La Puerta del Sol de Madrid, centro neurálgico de la capital española, es uno de los puntos más «calientes» de venta. Allí, desde hace décadas, las llamadas «loteras de la Puerta del Sol» ofrecen la suerte a gritos.
«El gordo, tengo el gordo», se escucha desde todos los rincones. Los más supersticiosos buscan números concretos: «¿Tiene uno que acabe en siete?», pregunta un caballero. Y en medio de la plaza: un gran árbol de Navidad adornado con los bombos del sorteo por cuya instalación pagó la entidad pública de Loterías 100.000 euros (137.000 dólares).
Cada año hay, sin excepción, números favoritos. En esta ocasión, por ejemplo, causó especial furor el que coincide con la fecha del referéndum de autodeterminación anunciado hace unos días por el gobierno regional de Cataluña: el 91.114.
No lejos de la Puerta del Sol, en un colegio situado en el casco antiguo de Madrid, un grupo de niños ensaya desde hace semanas su intervención en el emblemático sorteo. Son los llamados «niños de San Ildefonso», que cada año están a los pies de los bombos y extraen de ellos las bolas para «cantar» los premios.
El Sorteo de Navidad aúna tradición y modernidad. Las costumbres permanecen, aun a sabiendas de que las probabilidades de obtener un buen premio son pequeñas. Pero los hábitos también han cambiado gracias a las nuevas tecnologías: hoy son muchos los que recurren a Internet para buscar un número concreto y a la compra online de décimos.
Otra de las tradiciones es el «spot» televisivo que cada año anuncia el sorteo, que en esta ocasión ha dado mucho qué hablar en España y se convirtió en un fenómeno viral. Dirigido por el cineasta español Pablo Berger («Blancanieves», 2012), suscitó burlas y chanzas por la sobreactuación de sus protagonistas, entre ellos, la soprano Montserrat Caballé y el cantante Raphael.
Por Ana Lázaro Verde