Essen/Krefeld (Alemania), 16 ene (dpa) – El pastelero Mohammed Omairat recrea en forma de pasteles objetos cotidianos como un cubo de pintura o neumáticos de coche a tamaño normal.
Mediante sus dulces y sorprendentes creaciones de arte culinario, Omairat se hizo conocido como «Tortenboss» («el jefe de los pasteles») en las redes sociales. En Instagram, por ejemplo, cuenta con unos 119.000 seguidores.
Junto a su negocio principal, en la localidad de Krefeld, este padre de familia de 36 años ya abrió una filial en la ciudad de Essen, en el oeste alemán.
En realidad, este pastelero se especializaba en pasteles de casamiento y tartas de grandes dimensiones para eventos empresariales. El negocio de estos pasteles, que frecuentemente se medían en metros y costaban 1.000 euros (1.110 dólares) o más, marchaba muy bien.
Sin embargo, contó, con la pandemia de coronavirus perdió de golpe prácticamente todos los pedidos, porque ya no se organizaban grandes eventos.
Por lo tanto, indicó Omairat, empezó por necesidad con las tartas artesanales y comenzó a difundir vídeos en las redes sociales con algunas reacciones de sorpresa ante estos pasteles «fake».
Por ejemplo, un residente llamó a la policía cuando el pastelero montó una tarta con forma de radar de velocidad en un poste frente a la pared de una casa. Según relató, la patrulla no le creyó durante minutos que se trataba de una tarta. «Hasta que le di un mordisco».
Ahora el mayor proyecto de Omairat de cara a 2022 es un pastel gigantesco, que se asemeja en tamaño uno a uno a un automóvil, más específicamente un Lamborghini.