QUNU, SUDÁFRICA (dpa) – El pequeño pueblo sudafricano de Qunu, situado en la provincia de Cabo Oriental, acogerá el domingo el entierro del Nobel de la Paz Nelson Mandela, cuyos restos descansarán para siempre en el lugar en el que fue criado.
Uno de los ancianos del pueblo, el nonagenario Mda Mda, recuerda el rito tradicional de los xhosa, el grupo étnico al que pertenece Madiba. «Toda persona de linaje real era sepultada en un lugar aparte, normalmente una colina rocosa, pero no demasiado lejos de la gente», explica mientras planta semillas de espinaca en su parcela, con la misma energía como si tuviera muchos menos años.
Mandela provenía del linaje real del clan Thembu, perteneciente a los xhosas, los líderes tradicionales de la parte sudeste de Sudáfrica.
Según Mda, la costumbre manda que cualquier hombre de su linaje, o de la estatura de Mandela (según diversas fuentes medía 1,83 metros) fuera enterrado en vertical, envuelto en una capa de cuero de oveja. Una guardia de honor protegerá la tumba y se encargará de repeler a los malos espíritus.
«Se vigilaba la tumba 24 horas al día durante un año», cuenta el anciano, que antaño ejerció como abogado y posee un vasto conocimiento sobre las tradiciones de su pueblo. Ser uno de estos guardias, añade, «era considerado un honor».
Durante los primeros meses tras la muerte, amigos y familiares llevaban una vida austera, alimentándose sólo con lo básico. Una vez convencidos de que el alma del difunto descansaba en paz, el pueblo lo celebraba sacrificando un buey.
En el remoto Qunu, la mayoría de la población es reticente a hablar de la muerte. «No discutimos abiertamente sobre la muerte», declara Silumko Mandela, sobrino del fallecido líder anti Apartheid. «Cuando la gente llora a sus seres queridos, lo hace de forma tranquila, incluso si están tristes.»
Sus palabras contrastan con los cantos y bailes que se han podido ver estos días en Johannesburgo y otras ciudades del país y con los que los sudafricanos celebraban la vida de su primer presidente negro.
Un anciano del clan Thembu, sentado al lado del sobrino de Mandela, añade que el cuerpo de Madiba debe ser escoltado antes de enterrarlo. «Cada vez que los restos de Mandela sean trasladados de un lugar a otro es importante que un aciano del clan Thembu esté presente para comunicarse con él y decirle a dónde lo llevan y por qué. También ha de saber quiénes están presentes», añadió, rechazando mencionar su nombre.
Fuentes oficiales señalan que, de hecho, un anciano del clan acompaña los restos del Nobel en su periplo por el país. «Es muy importante que su espíritu se mantenga en paz», apostilla el anciano.
Mda, por su parte, recuerda como a lo largo de su vida ha visto muchos cambios en las tradiciones de los xhosa y duda que con Mandela se siga el rito tradicional. La mayoría de xhosas, incluidos los de linaje real, adoptaron muchos elementos de la tradición fúnebre cristiana, como el ataúd colocado en una tumba rectangular.
«Ahora se sigue la tradición europea», cuenta. «La fe cristiana hace de la muerte un gran evento, y se considera una forma muy digna de ser enterrado», añade. «Además de mucho más barata.»
En su autobiografía «Long Walk to Freedom», Mandela describe Qunu como el lugar donde pasó los momentos más felices de su infancia. La localidad alberga su antigua vivienda y un museo en su honor, ante cuyas puertas se encenderá el sábado una llama eterna. Se espera que el domingo acudan al pueblo unas 9.000 personas para el entierro.
Por Stuart Graham