Buenos Aires/Santiago, 19 nov (dpa) – Hace nueve meses, el español Rafael Nadal aterrizaba en Sudamérica envuelto en los mayores interrogantes de toda su carrera: hoy, el número uno del tenis mundial regresa a la región en circunstancias completamente diferentes.
Exhibiciones, despedidas de viejos compañeros del circuito, turismo «express», conferencias de prensa, clínicas de tenis, shows televisivos, vuelos privados, partidos de fútbol y posibles visitas presidenciales conformarán la apretada agenda de Nadal en Chile y Argentina luego de su paso por Perú, donde el domingo disputó una exhibición ante su compatriota David Ferrer.
«Estas son mis vacaciones», intentó convencer Nadal a quienes critican el «doble discurso» de los tenistas sobre la falta de descansos que ofrece el circuito.
El español no tendrá la fortuna de Ferrer, de paseo junto a su novia en las ruinas de Machu Picchu, aunque podrá darse el gusto de hacer una visita fugaz al glaciar Perito Moreno, uno de los principales destinos turísticos de la Patagonia argentina.
«Me hace mucha ilusión, mis padres estuvieron allí visitando hace muchos años. Es uno de los lugares más especiales», aseguró el español.
Encontrar un hueco para la visita turística será un verdadero desafío para quienes organizan la agenda del español, porque a Nadal le espera desde mañana una seguidilla de exhibiciones.
Tras un breve paso por Buenos Aires, donde aterrizó en un vuelo privado en la tarde del lunes, Nadal cruzará hoy la Cordillera de Los Andes rumbo a Chile, donde mañana jugará en Santiago la primera de sus exhibiciones ante el serbio Novak Djokovic y participará en una gala de despedida del local Nicolás Massú.
El español estará menos de 48 horas en Chile, ya que el jueves deberá volver a cruzar la Cordillera en la dirección opuesta para jugar ese mismo día en Córdoba la primera de las dos exhibiciones que marcarán el adiós del argentino David Nalbandian.
Su paso por Chile será tan breve como intenso e incluirá además del partido una clínica junto a Djokovic con tenistas en silla de ruedas y una visita a la sede de gobierno de La Moneda, donde podría devolver la sonrisa al presidente Sebastián Piñera tras la derrota electoral del domingo.
El regreso de Nadal a Chile cerrará de alguna manera el círculo de un 2013 mágico para el español. Fue en el pequeño balneario de Viña del Mar, en las frías costas del Pacífico, donde dio sus primeros pasos de la temporada tras una ausencia de siete meses por una doble lesión en la rodilla que sembró de dudas su carrera.
«Hace un año jamás podía imaginar terminar como número uno», confesó Nadal en su retorno a una región que lo vio despegar por primera vez en 2005, año en el que ganaría el primero de sus ocho títulos de Roland Garros.
Las «vacaciones» sudamericanas de Nadal incluirán además una posible visita al estadio de Boca, «La Bombonera», después de jugar el domingo su última exhibición de la gira ante Djokovic en Buenos Aires.
Lo que seguramente no olvidará Nadal de su visita a la región será la desopilante entrevista junto a Nalbandian que le realizó en la noche del lunes la diva de la televisión argentina Susana Giménez, que obligó al español a apelar a la caballerosidad para responder preguntas sobre el «alemán Federer» o el «ruso Djokovic».
El número uno comentó además que tiene «pendiente hacer una visita más larga» en Argentina con su amigo y tenista local Juan Mónaco. Eso, por ahora, será lo único que «quedará para más adelante».
Por Tomás Rudich y Carlos Dorat