Madrid, 7 jul (dpa) – La carrera de las primarias en las que los socialistas españoles elegirán nuevo líder el domingo entró hoy en su recta final con un debate entre los tres candidatos a suceder al frente de un PSOE en su peor momento al veterano Alfredo Pérez Rubalcaba, que a sus 62 años dejará la política tras el proceso.
Pedro Sánchez, carismático diputado madrileño de 42 años y hasta hace poco desconocido; Eduardo Madina, de 38 y secretario general del grupo socialista en el Congreso de los Diputados, y José Antonio Pérez Tapias, de 59 y decano de la Facultad de Filosofía de Granada, debatieron durante dos horas en la sede central del PSOE, en Madrid.
A las primarias del domingo están llamados los 198.000 militantes del principal partido de la oposición española. Es la primera vez que las bases socialistas votarán directamente a su líder.
El mensaje común de un debate de guante blanco que despertó gran expectación mediática fue el de la renovación de un partido en caída electoral desde noviembre de 2011 -cuando ganó por mayoría absoluta el Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy- y en el que hay divisiones en temas como el reto soberanista en la región de Cataluña (noreste).
Los tres candidatos apostaron hoy por un PSOE unido y más participativo. Todos se comprometieron a integrar a los demás en los nuevos órganos de dirección si ganan. Y todos garantizaron primarias abiertas en noviembre de este año para elegir al candidato a jefe de gobierno en las generales de 2015. Sánchez se presentará a ellas, Madina solo si gana ahora y Pérez Tapias en ningún caso.
«Tenemos que cambiar el partido», proclamó Sánchez al arrancar un debate con más de 150 periodistas de 60 medios nacionales e internacionales acreditados que fue seguido in situ por varias decenas de militantes invitados por los tres candidatos.
«Quiero cambiar el partido para cambiar el país», dijo el diputado y también profesor universitario de Economía, que irrumpió como favorito en la carrera que estaba llamado a liderar Madina.
El vasco, pese a su juventud, es una de las figuras más conocidas del PSOE. Era líder de las Juventudes Socialistas vascas cuando en 2002 ETA intentó matarlo con una bomba adosada a su vehículo y le amputó una pierna. Diputado desde 2004, desde 2009 es además secretario general del grupo en la cámara baja del Parlamento.
Dejó la Ejecutiva del PSOE en junio cuando anunció su candidatura. Para entonces llevaba ya tiempo preparando su desembarco. Su rival iba a ser Carme Chacón, pero la ex ministra de Defensa de José Luis Rodríguez Zapatero se autodescartó cuando Alfredo Pérez Rubalcaba cambió la ruta marcada y dejó en suspenso las primarias de noviembre para elegir candidato a La Moncloa.
El líder del PSOE anunció su dimisión al día siguiente de la debacle del partido en las europeas del 25 de mayo y fijó para julio un congreso extraordinario, que el fin de semana del 26 y 27 ratificará la elección que los militantes hagan este domingo.
El futuro político de Madina lo complica un desconocido que llevaba meses recorriendo federaciones en su Peugeot 407, dándose a conocer y ganando apoyos que a la hora de presentar los avales para su candidatura se convirtieron en más de 41.000: casi 31.000 más de los necesarios y 16.000 más de los que presentó Madina.
Las encuestas publicadas en la prensa en los últimos días sitúan a Sánchez y Madina igualados. E igualados están también en sus posiciones, con diferencias básicamente de matices. Los dos se presentan como factores de cambio. Madina proyecta una imagen de modernidad y renovación; Sánchez, de cercanía. El aparato socialista está dividido entre ambos.
El que más se diferencia es Pérez Tapias, claramente a la izquierda de ellos y el último, con diferencia, en las encuestas. Su discurso económico es más socialista que socialdemócrata. Defiende que la consulta independentista en Cataluña puede tener encaje en la Constitución y que hay que debatir sobre monarquía y república.
El mayor temor del PSOE de cara a la votación de los militantes el domingo es la abstención. Que no acudan a votar en masa sería un gran golpe para el partido en su intento de recuperar con estas primarias el terreno perdido en la arena política.
El partido que más tiempo ha gobernado en España -de diciembre de 1982 a mayo de 1996 con Felipe González y de abril de 2004 a diciembre de 2011 con José Luis Rodríguez Zapatero- lleva tiempo en la peor crisis de su historia. De los casi 11,3 millones de votos que logró Zapatero en 2004 (169 diputados) se quedó con 7 millones de votos en 2011 (110 escaños). En las europeas de mayo no llegó a los 3,6 millones de votos.
Detrás está la factura de la gestión que Zapatero hizo frente a la crisis económica, abriendo la senda de los recortes, pero también el liderazgo nunca afianzado de Rubalcaba y la desafección hacia los partidos tradicionales que se extendió en una ciudadanía a golpe de recortes, ajustes y escándalos de corrupción en la clase política.
Por Sara Barderas