La Paz, 5 sep (EFE).- La politización de la violencia contra las mujeres y el machismo en la campaña electoral en Bolivia ha llevado a las organizaciones feministas a exigir a los candidatos a los comicios de octubre próximo que demuestren un interés legítimo en resolver este acuciante problema.
Esta reclamación se debe al cariz que ha tomado la campaña en las últimas semanas, en las que algunos candidatos han hecho declaraciones machistas y otros han sido denunciados por supuesta violencia con sus parejas, sin que el debate electoral vaya más allá de la pelea política.
La secretaria ejecutiva de la Coordinadora de la Mujer, Mónica Novillo, dijo a Efe que las entidades que defienden la igualdad de género están sorprendidas porque, si bien esperaban que en la campaña se debatiera sobre asuntos como la violencia, no esperaban que fuese «de esta forma».
«Rechazamos cualquier intento de partidizar esto», señaló Novillo, cuya entidad agrupa a 26 organizaciones.
Uno de los casos sonados fue el de una grabación difundida por medios locales, en la que el candidato a la Presidencia Samuel Doria Medina supuestamente intenta mediar en un conflicto entre un postulante a diputado por su partido, Jaime Navarro y su antigua pareja.
Doria Medina amenazaba con enviar a la mujer a trabajar fuera de La Paz si ésta no cedía a una conciliación, lo que han repudiado el el oficialismo y organizaciones feministas.
Otro hecho que generó indignación fueron unas palabras del candidato a senador por el oficialismo, Ciro Zabala, quien afirmó que las mujeres que visten de forma provocativa y se emborrachan «lo único que hacen es exponerse a que se cometa el delito».
Estos sucesos, sumados al recrudecimiento de la violencia machista en Bolivia, motivaron una manifestación de organizaciones feministas que pidieron que se declare alerta ante el alto número de feminicidios que se registran y también reclamaron la retirada de los candidatos que mostraron conductas machistas.
Una de las consecuencias de la marcha fue la dimisión de Navarro, quien negó las acusaciones en su contra y denunció una «guerra sucia» por parte del partido del presidente, Evo Morales.
Para Miriam Suárez, directora de la Casa de la Mujer en la ciudad oriental de Santa Cruz, lo que ocurre refleja la «calidad de la política que se hace en Bolivia», pobre en debate y propuestas, sobre todo en cuanto al respeto de los derechos de las mujeres.
«No puede ser que los partidos políticos, en lugar de impulsar y promover un debate de calidad, nos estén planteando un debate sobre cuestiones personales, donde se pone en tela de juicio la calidad y la dignidad de las personas», indicó.
A juicio de Suárez, «obviamente no hay interés de ningún partido político de resolver la violencia», pues si lo hubiera, ya habría «presupuestos decentes» para aplicar la ley contra la violencia machista promulgada en 2013.
Para entender la magnitud del problema, se debe tener en cuenta que Bolivia es el país latinoamericano con mayores índice de violencia física hacia las mujeres y el segundo en violencia sexual después de Haití, según el Programa ONU-Mujeres.
En el primer semestre de 2014 murieron 98 mujeres, 59 de ellas víctimas de la violencia machista y el resto en crímenes atribuidos a la inseguridad ciudadana, según datos del Centro de Información y Desarrollo de la Mujer.
Pero además, Novillo llamó la atención sobre el hecho de que solo esta semana, mientras la discusión se centraba en el audio de Doria Medina «minimizando la problemática de la violencia», hubo dos feminicidios y una tercera mujer sufrió «lesiones gravísimas».
«Por eso decimos que no se puede partidizar, pero tampoco se puede banalizar el debate», sostuvo.
Por ello, exigen a los políticos «un debate serio» con propuestas concretas para transformar «las relaciones que generan inequidad entre hombres y mujeres».
Las organizaciones también reclaman a los candidatos que sean consecuentes y coherentes «con su discurso público y sus acciones» para evitar esa «doble moral» que ha quedado expuesta en los últimos días, añadió Novillo.
La Asamblea Permanente de Derechos Humanos de La Paz respaldó esta posición al exigir que no se utilice la violencia machista «como arma electoral, «porque este tema para las mujeres no es un tema coyuntural, es un tema que marca la vida o la muerte».
«Los partidos políticos en campaña tienen la obligación de dar a conocer al pueblo boliviano sus propuestas de cómo efectivamente sacarán a Bolivia, en el contexto latinoamericano, del primer lugar en violencia física y segundo lugar de violencia sexual contra las mujeres», agregó la entidad.