Pekín, 29 nov (dpa) – China está desarrollando una estrategia de confrontación con Japón. Las Fuerzas Armadas chinas habían mostrado moderación después del establecimiento de una zona de vigilancia aérea en el mar de la China Oriental. Aviones de Estados Unidos, Corea del Sur y Japón atravesaron la zona como si nada. Sin embargo, ahora se alzan voces en China que advierten que el dragón chino no puede dar la impresión de ser un «tigre de papel». Pekín endureció este viernes su postura ante Japón, reavivando el fantasma de una Guerra Fría o incluso una confrontación abierta en el este de Asia.
La crisis «no empezó bien para China, porque se creó la impresión de que China es un tigre de papel por no haber tomado represalias», dijo a dpa el profesor Cheng Xiaohe, de la Universidad Popular en Pekín. «Ahora, China está corrigiendo esa actitud con el envío de aviones de combate para que patrullen la zona, en lo que es una demostración de soberanía», agregó Cheng. Este experto en relaciones internacionales está convencido de que China no quiere provocar un conflicto militar, aunque tampoco intentaría evitarlo de cualquier manera.
«Cuando China tomó la decisión sobre la zona, todos sabían lo que pasaría en caso de escalar la disputa», dice Cheng Xiaohe. «Si otras partes buscan una escalada, China no tendrá miedo y luchará hasta el final». El profesor no se atreve a decir, sin embargo, dónde está la línea roja. En su opinión, en el centro del conflicto está el archipiélago en el mar de la China Oriental que es desde hace tiempo motivo de disputa entre China y Japón.
El conflicto se desató nuevamente el año pasado cuando Tokio compró tres de las islas del archipiélago y luego las nacionalizó, pese a las protestas chinas. El argumento japonés de que esta decisión tenía por objetivo impedir que fuerzas nacionalistas de derecha se hicieran con las islas nunca ha convencido a Pekín y más bien ha sido interpretado por las desconfiadas autoridades chinas como un truco. Aun en el caso de que se tratara de un error de cálculo de Japón, los daños ya estaban hechos. La política conservadora de derecha del nuevo primer ministro japonés, Shinzo Abe, también ha vuelto a abrir en China las viejas heridas del oscuro pasado bélico de Japón.
El sinólogo estadounidense Gordon Chang ve aún más motivos que explican la disputa. «Debido a los problemas políticos internos, especialmente los causados por la debilidad económica, los líderes chinos están recayendo en el nacionalismo para reforzar su legitimidad», dijo Chang a dpa. «Desde su punto de vista, no hay mejor blanco que los japoneses». Por esto, el periódico populista «Global Times», que edita el «Diario del Pueblo», órgano oficial del Partido Comunista Chino, centró el viernes sus ataques en Japón exigiendo represalias condundentes si aviones nipones violan la nueva zona de vigilancia aérea.
En tal caso, también la aviación china debería violar la zona de defensa aérea japonesa, reclamó el periódico, que incluso invocó el escenario de una nueva Guerra Fría. La Fuerza Aérea china debe estar preparada para potenciales enfrentamientos, subrayó el diario para agregar: «Estamos dispuestos a afrontar una prolongada confrontación con Japón».
El ruido de sables trae al recuerdo un viejo proverbio chino: «Quien está montando el tigre díficilmente puede bajarse». No hay ninguna duda de que la demostración de fuerza militar por parte de todos los implicados incrementa el peligro de que se produzca por error un incidente. «La actual situación en la zona marítima entraña un gran riesgo de que haya malentendidos o incidentes», advirtió la experta en China Stephanie Kleine-Ahlbrandt, del Instituto para la Paz en Washington.
Por Andreas Landwehr (