La relevancia de la limpieza y desinfección de las habitaciones de los pacientes

Francisco Guillén Grima, del servicio de Medicina Preventiva de la Clínica Universitaria de Navarra y secretario de la Sociedad Española de Medicina Preventiva y Salud Pública, expuso, en el XX Congreso Nacional y IX Internacional de la citada entidad científica, la relevancia de la limpieza y desinfección de las habitaciones de los pacientes en la prevención de infecciones hospitalarias.

Guillén explicó que “niveles elevados de contaminación aumentan el riesgo de infección. Cuando un paciente está colonizado o infectado por un germen multiresistente aumenta el riesgo de que el siguiente paciente adquiera una infección hospitalaria por un germen multiresistente. Se estima que entre un 30 y un 40 por ciento de las infecciones hospitalarias se deben al contacto con las manos contaminadas del personal sanitario  por contacto con pacientes infectados o colonizados o con superficies del entorno del paciente.”

“Los mayores reservorios de microorganismos – prosiguió Guillén Grima-  son superficies de alta frecuencia de contacto; por ejemplo la barandilla de una cama se toca unas 252 veces al día. Entre estas superficies se encuentran la barandilla de la cama, la mesilla de noche del paciente, el cabecero de la cama y las bombas intravenosas. También hay objetos como los mandos de la televisión, teléfonos móviles del personal sanitario, de los pacientes o acompañantes que pueden ser una fuente de trasmisión.  Otra fuente potencial de transmisión son los colchones. Las roturas en las fundas de los colchones permitían que los fluidos corporales penetrasen en el colchón, lo que supone un riesgo para el contagio de los pacientes.”

En este sentido, desde la Sociedad Española de Medicina Preventiva y Salud Pública se insiste en que las mejoras en la limpieza y desinfección de las habitaciones y de pequeños equipos portátiles pueden disminuir la infección hospitalaria de forma notable.

En los hospitales se suele limpiar una vez al día. Una vez limpias las superficies pueden volver a contaminarse mediante contacto  con las manos o mediante el aire. “Por ejemplo –ha continuado Guillén-  se ha descrito que se encuentran esporas de Clostridium Difficile en el aire después de 48 horas de la limpieza terminal. Los gérmenes en las habitaciones están presentes como biofilm seco. Se ha visto que limpiando con toallitas impregnadas solo con detergente hay un descenso importante en la contaminación bacteriana y ésta permanece por debajo del estándar durante 24 horas, pero vuelve a estar por encima de niveles tolerables a las 48 horas.”

Guillén Grima insistió en que “la limpieza con detergente es suficiente para detener el crecimiento bacteriano. La efectividad de los desinfectantes es inversamente proporcional a la suciedad.Se puede valorar utilizar solo detergente o utilizar un detergente seguido de un desinfectante u otras técnicas como la radiación ultravioleta.”

Desde la Sociedad Española de Medicina Preventiva y Salud Pública se apuesta por estrategias multimodales que incluyen “formación,  mejoras técnicas en la limpieza y auditoria como instrumento efectivo de prevención.”

Auditoria de la limpieza de forma periódica.

Es importante la evaluación periódica de los sistemas de limpieza en los hospitales para lo cual existen diferentes sistemas.  A este respecto, concluyó su intervención explicando los sistemas que se emplean en la Clínica Universitaria de Navarra donde se “utilizan de forma sistemática inspección visual, y ATP fotoluminiscencia. Los cultivos de superficie los empleamos de forma esporádica. En la actualidad estamos ensayando inspección visual con UV, y el empleo de marcadores visible con UV previo a la limpieza.”