Por Alexandra Bülow (dpa) – Las velas están encendidas, un chocolate caliente humea en la taza y por toda la casa se esparce un aroma afrutado y condimentado. Es el aroma de la manzana asada que se está cociendo en el horno. Es un postre ideal en un ambiente acogedor navideño.
En la cocina centroeuropea, rica en platos con manzana, se utiliza tradicionalmente una variedad llamada Boskop, aunque también sirven otras variedades como Elstar o Braeburn. «Un ligero sabor ácido es un bonito contraste, sobre todo con un relleno dulce», explica Caty Schernus, quien regenta una frutería en Berlín.
La manzana se corta en la parte de arriba, por debajo del rabillo. Los aficionados a la cocina deben guardar esta parte, porque la necesitan más adelante como tapa. Después, hay que quitar el corazón con un vaciador de manzana. El fondo no se debe tocar, para que no salga el relleno.
El relleno prácticamente sustituye el corazón. Quien prefiere lo dulce puede introducir en la fruta mazapán o pasas con almendras. «El sabor se puede mejorar con un poco de miel y licor de almendras», dice la condesa Daisy von Arnim, quien cultiva manzas en su finca en el noreste de Alemania.
Si usted quiere impresionar a sus invitados, ofrezca la manzana asada envuelta en una masa de nueces. Para ello hay que mezclar mantequilla batida hasta que adquiera un color blanco con azúcar en polvo, canela, especias para galletas navideñas, yema, pasas, una mezcla de nueces, un poco de miel, así como dátiles cortados en trozos pequeños o higos secos. Antes de introducir la mezcla en la manzana, hay que pelar la fruta y remojarla en mantequilla líquida tibia. Después, el cocinero puede cubrir la manzana con la masa de nueces.
Un bonito efecto da también la manzana asada en un tarro de conservas. La manzana entera debe introducirse en el tarro. Encima se vierte un chorrito de Calvados -o zuma de manzana en su variante no alcohólica- y después se cubre todo con copos de mantequilla. La manzana se cuece en el horno en el tarro abierto. A continuación hay que cerrar los tarros con una arandela de goma. «En el horno ya apagado, la manzana se hace más compacta», dice el repostero berlinés Sebastian Weichbrodt.
Una manzana asada también sabe muy bien con un relleno no dulce, por ejemplo uno compuesto por morcilla y cebollas cortadas en cubitos. Caty Schernus recomienda como relleno una receta con carne de cadera de vaca hervida y cortada en cubitos, rábano y queso fresco. Cualquier tipo de queso es un buen acompañante de la manzana.
Tanto pronto como la manzana esté rellenada, hay que colocarla en un molde para horno, se le pone encima la tapa y se hace un corte en la piel para evitar que la manzana reviente al cocerse y, en consecuencia, pierda líquido y aroma, explica Weichbrodt. La manzana debe cocerse en el horno durante unos 30 minutos a una temperatura de 175 grados. Al final, no debe quedar demasiado blanda.