La impotencia de Draghi : la baja inflación aumenta la presión sobre BCE

UEestadosmiembroeurosI_EFBerlín, 2 abr (dpa) – El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, se enfrenta a una nueva reunión mensual este jueves donde deberá volver a hacer frente a los dos principales problemas de la eurozona: la baja inflación y el escaso volumen de créditos.

La reunión viene precedida de la publicación de nuevos datos de la Oficina de Estadística de la Unión Europea (Eurostat). La inflación en la zona euro cayó en el mes de marzo del 0,7 al 0,5 por ciento, la más baja en cuatro años, debido sobre todo a la caída de los precios de la energía.

Estos datos volvieron a reavivar las voces de los expertos que alertan del peligro de una posible deflación y de las dificultades que eso entrañaría a la recuperación en la eurozona.

«En la torre del euro en Fráncfort deberán reaccionar a corto o largo plazo contra las tendencias deflacionistas en los Estados periféricos», pronosticó Thomas Gitzel, economista jefe del Grupo VP Bank.

El objetivo del BCE es mantener la inflación en un nivel cercano pero inferior al 2 por ciento. Sin embargo, desde octubre de 2013 el indicador no supera el uno por ciento. Y desde hace tiempo la pregunta que se plantea es qué instrumentos tiene aún Draghi para darle la vuelta a esta tendencia.

¿Cómo reaccionará este jueves el guardián del euro? Sobre la mesa sigue estando la opción de bajar la principal tasa de interés del BCE, actualmente en el mínimo histórico de un 0,25 por ciento. Junto a ésta, otras de las medidas pueden ser fijar una tasa negativa para los depósitos bancarios para obligar a los bancos a prestar dinero o un nuevo programa de compra de bonos estatales.

La mayoría de los economistas no espera una nueva rebaja de las tasas de interés. Una buena noticia para los ahorradores y para Alemania, que lleva tiempo reclamando poner freno a la política de tipos bajos.

De acuerdo a informaciones de la publicación alemana «Der Spiegel», el gobierno alemán espera una subida de los tipos. Mientras, desde el Bundesbank alemán rechazan que exista riesgo de deflación.

«Está claro que la inflación actual es realmente baja. Sin embargo, a mi modo de ver, el peligro de una deflación está controlado. En este punto están de acuerdo tanto el Bundesbank como el BCE», declaró el directivo del banco central alemán Andreas Dombret.

No obstante, no todos son de su opinión. En la reunión de ministros de Finanzas de la Unión Europea el martes en Atenas, España e Italia se sumaron a la presión de la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que reclaman que se actúe.

El vicepresidente del BCE, Vitor Constancio, reconoció que aunque no hay riesgo de deflación en la eurozona, la baja inflación es un tema de preocupación.

«Esto parece indicar que Europa y el área del euro podrían estar en un período prolongado de baja inflación. Ello puede ser un peso para la recuperación», afirmó en Atenas.

En la pasada reunión del consejo de gobierno en Fráncfort, en la que mantuvo los tipos de interés, Draghi intentó calmar los ánimos sin éxito e informó que el guardián del euro espera una inflación anual de un uno por ciento en 2014 y de un 1,3 por ciento en 2015.

El BCE busca desde hace tiempo elevar la liquidez en el sistema y favorecer la fluidez del crédito, sobre todo a las familias y las pequeñas y medianas empresas. Para ello lleva tiempo aplicando una política de dinero barato, defendida por los países de la zona euro y fuertemente criticada desde Alemania, un país de ahorradores.

Sin embargo, Draghi no consigue que el dinero llegue a la economía real. Después de la última rebaja de tipos en noviembre de 2013, los expertos advirtieron que los bancos usan el dinero para comprar deuda estatal, asumiendo con ello riesgos en sus balances.

Por Almudena de Cabo