De acuerdo con un informe reciente publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) de Argentina, la canasta básica alimentaria aumentó durante el pasado mes de abril de 2019, un 1,8%, lo que implica también un incremento de 16,2% durante el último año.
En este sentido, según el INDEC, una familia argentina con un promedio de 4 integrantes necesita 29.493 pesos argentinos al mes para alimentarse correctamente, es decir, unos 644 dólares australianos.
Si a esto se le anexa el hecho de que actualmente el salario mínimo de Argentina ronda los 12.500 pesos argentinos (unos 320 dólares) mensuales, nos daremos cuenta de que lamentablemente, el salario mínimo no alcanza para cubrir la canasta básica alimentaria en dicho país sudamericano.
Por lo tanto, nuevamente vemos una Argentina con un aparato productivo diezmado, descapitalizado, desconectado del mercado mundial y arrinconado en un mercado interno escuálido.
Sin embargo, la mala noticia no acaba allí, ya que, de acuerdo con fuentes oficiales, la economía de Argentina se ha deteriorado más de lo esperado ante una subida abrupta de la inflación que se produjo durante el mes de marzo.
Este incremento inflacionario fue ocasionado debido al aumento de los precios del transporte público y las empresas de servicios públicos. En consecuencia, la actividad económica en Argentina también disminuyó un 1,3% respecto a febrero y un 6,8% respecto al año anterior, según datos que maneja el mismo Gobierno y que han sido publicados esta semana.
Por otro lado, de acuerdo con un informe reciente de la ONU el déficit fiscal y de cuenta corriente, combinados con la falta de capacidad del Gobierno argentino para domesticar la inflación motivó un aumento del pesimismo acerca del futuro de la economía.
En pocas palabras, con la economía en recesión junto a severas medidas de austeridad fiscal, el horizonte es altamente incierto actualmente para este país, a pesar de todos los esfuerzos que ha realizado el presidente Mauricio Macri por restituir el panorama económico. Para algunos ciudadanos “todavía se puede revertir la situación” pero para otros, sería necesario “un milagro”.