Lille (Francia), 16 sep (dpa) – La dura derrota ante Francia en la serie de Copa Davis en Lille reflotó una pregunta que el tenis español se hace cada vez con mayor preocupación: ¿qué sucederá el día que no esté Rafael Nadal?
No es ningún misterio que la presencia del número uno del mundo cambia por completo las perspectivas de cualquier equipo. Lo dijo el propio capitán español, Sergi Bruguera, cuando admitió antes de la serie en Francia que su ausencia era «un golpe durísimo».
Con Nadal en el equipo, España ganó 17 de las 18 eliminatorias que disputó desde 2004. La única caída se produjo a principios de 2005 frente a Eslovaquia, antes de que el mallorquín ganara el primero de sus once Roland Garros.
Sin Nadal, España es un equipo mucho menos confiable: ganó 13 series y perdió 11 desde su debut en 2004 hasta este fin de semana en Lille. El equipo logró grandes victorias, como la final en Argentina en 2008, pero también descendió del Grupo Mundial en 2014. «Tener a Rafa en el equipo o no tenerlo, cambia mucho», reconoció Bruguera.
Encontrar un nuevo Nadal es una pretensión irreal, pero el tenis español ya no cuenta tampoco con laderos de primerísimo nivel como David Ferrer. Ni hablar de campeones como lo fueron en su momento Juan Carlos Ferrero, Carlos Moyá, Alex Corretja o Albert Costa, quienes abrieron el camino para que España ganara sus primeras cinco Copa Davis desde el 2000.
Ferrer, a sus 36 años, está afrontando sus últimos meses en el tenis y el quinto punto ganado en abril ante Alemania en los cuartos de final fue más bien un broche de oro de su carrera. También a Feliciano López (36 años), Fernando Verdasco (34) y Nicolás Almagro (33) les ha pasado ya su mejor momento.
El crecimiento de Pablo Carreño, que logró meterse en el «top ten» el año pasado, revitalizó al grupo de jugadores a la sombra de Nadal, aunque esta temporada perdió impulso y en Lille sufrió una inesperada derrota ante Benoit Paire en el primer punto.
Así y todo, Carreño es el único español menor de 30 años (tiene 27) que está entre los 50 primeros del ranking. En el «top 100», solo el nombre de Jaume Munar (82 de la clasificación con 21 años) brinda una bocanada de aire fresco.
Mallorquín como Nadal, Munar es un producto de la academia que el astro tiene en la isla. Por detrás, asoman nombres como Pedro Martínez (184 del ranking), Carlos Taberner (221) y Bernabé Zapata (279), todos ellos también de 21 años.
«Yo no veo que sea un desierto. Depende de lo que lo quieras comparar. Si comparas con Nadal y Ferrer, el uno y el cinco del mundo… eso no es normal en un país con el presupuesto que tenemos nosotros», señaló hoy Miguel Díaz, el presidente de la Federación Española de Tenis (RFET).
«Estoy seguro de que jóvenes con talento tenemos y creo que van a ser buenos jugadores. Si van a ser el uno, el dos o el cinco, eso es muy complicado. Pero jugadores que estén el 20, el 30 o el 40 del mundo, yo creo que tendremos unos cuantos. Con ello tendremos que lidiar en los próximos años», agregó en Lille el directivo, quien dijo que la RFET está invirtiendo en mayores becas para jugadores y en la creación de nuevos torneos ITF y Challenger en España.
Entre las mujeres, la situación es algo diferente, ya que Garbiñe Muguruza apenas tiene 24 años frente a los 32 de Nadal. Sin embargo, la dos veces campeona de Grand Slam está exhibiendo muchos altibajos y no genera el mismo magnetismo que el mallorquín.
Un síntoma de lo que cambia todo sin Nadal se pudo comprobar este fin de semana en los medios españoles: el partido de dobles no fue transmitido por abierto en ningún canal de la televisión local. La Televisión Española (TVE), dueña de los derechos, eligió la Vuelta a España de ciclismo y dejó el tenis para su sitio web, lo que despertó múltiples críticas de los usuarios en las redes sociales.
En cualquier caso, nadie espera que suceda lo mismo el año próximo, cuando Madrid será probablemente la sede de la nueva edición de la Copa Davis patrocinada por la empresa del futbolista Gerard Piqué. Toda España espera que el maltrecho tendón de la rodilla de entonces un respiro a Nadal.
Por Tomás Rudich (dpa)