La alimentación en el Rally Dakar, un enorme desafío logístico

dakar1cochesValparaíso (Chile), 18 ene (dpa) – Los pilotos que lleguen hoy a la línea de meta del Rally Dakar en la ciudad chilena de Valparaíso no lo podrían haber hecho sin el enorme despliegue logístico que implicó trasladar toneladas de comida por terrenos inhóspitos.

Miles de huevos, litros de salsa de tomate, frutas e incontables kilos de pasta fueron trasladados por cientos de kilómetros a desiertos, poblados altiplánicos o roqueríos costeros.

La alimentación e hidratación son una tarea clave, pero el comedor de los vivac en la mitad de descampados de Argentina, Bolivia y Chile también fue escenario de festejos en cada meta.

Allí circularon, polvorientas y cansadas, las mejores historias de la competencia.

Pero el Dakar es ante todas las cosas un tremendo esfuerzo físico y mental. Por ello, para que el cuerpo resista y la mente esté lúcida, es muy importante la alimentación.

El desayuno fue siempre suculento y los participantes hicieron fila en busca de café, leche, té, pan, mermelada, medialunas (croissants), yogurt, cereales, queso, jugo de naranja, jamón y huevos revueltos. También ensalada de frutas o simplemente ananá (piña) en trozos.

Los horarios fueron siempre estrictos, en un esfuerzo que no admite descuidos. La primera comida del día se sirvió desde las 4:00 horas, debido a que los motociclistas largan siempre al alba.

A partir del mediodía, irrumpió en cada jornada el almuerzo. Carne o pollo, ensalada y sopa; puré de papas, zanahorias, manzana y las infaltables pastas.

La cena, que acaba a las 03:00 horas, comprendió habitualmente lo mismo que el almuerzo, pero lo que nunca faltó fueron las pastas. Los fideos con salsa de tomates fueron la opción más elegida, incluso durante todo el día, no sólo en los horarios de desayuno, almuerzo y cena.

En cada una de las comidas se pudo optar además por agua mineral, gaseosas, vino o cerveza para acompañarlas. Y entre los postres, flanes, quesos, helados y las infaltables frutas.

Camiones y camiones de víveres delante de la caravana permitieron semejante despliegue logístico. Sin ellos, el Dakar no hubiera sido posible.

Por Francisco Suárez