Berlín (dpa) – La caída del Muro de Berlín en la noche del 9 de noviembre de 1989 marcó el fin de una época, también para el fútbol en Alemania Oriental.
La mayoría de los clubes de fútbol que integraban la primera división de la extinta República Democrática Alemana (RDA) no logró sostenerse sin el apoyo del Estado. Algunos subsisten en categorías inferiores.
De un día a otro se liberó el mercado de pases para los jugadores de la Alemania comunista, y muchos debieron cambiar la camiseta nacional con el martillo, el compás y el anillo de espigas de centeno por la del águila.
«Fue un golpe de suerte para todos los que dieron el salto a la Bundesliga», señaló Ulf «Schwatte» Kirsten a dpa, 30 años después de la caída del Muro.
El musculoso delantero de Dresden pertenece a la primera generación de futbolistas que cruzó la frontera. Junto con Andreas Thom, Matthias Sammer y Thomas Doll, Kirsten no solo pasó de la Oberliga de la RDA al mundo de la Bundesliga, sino que casi inmediatamente comenzó a vestir la camiseta de la selección alemana reunificada.
«En la RDA teníamos buenos futbolistas como Dixie Dörner o Reinhard Häfner, innumerables jugadores nacionales y campeones olímpicos. Pero no fueron tan afortunados como nosotros cuando tuvimos esa oportunidad en 1990», comenta Kirsten, de 53 años.
«Schwatte» nació en Riesa, estado de Sajonia, a la sombra de un combinado de acero y comenzó su carrera en el Dínamo Dresden. Más tarde se incorporó al Leverkusen y disputó cien partidos internacionales, 49 para el este y 51 para el oeste. Sólo su antiguo compañero en el Dresden Sammer logró un registro parecido (23/51).
Según Kirsten, la principal diferencia entre los dos equipos es que «una selección siempre jugó por un título, la otra nunca ganó el gran campeonato».
La RDA participó solo en un Mundial de fútbol, el de 1974 en Alemania Federal. El gol de Jürgen Sparwasser en la victoria por 1-0 en la ronda preliminar contra el posterior equipo campeón del mundo dirigido por Franz Beckenbauer se convirtió en el hecho futbolístico más relevante de la ex Alemania Oriental.
Enriquecida con talentos como Sammer, Kirsten, Thom y Doll, la selección alemana reunificada sería imbatible en los años siguientes. Ese fue el legado que le dejó el entonces entrenador de la Federación Alemana de Fútbol (DFB), Beckenbauer, a su sucesor Berti Vogts tras ganar el Mundial 1990.
«Con los jugadores todo marchó sobre ruedas, pero no así con los funcionarios. Después de todo, éramos los campeones del mundo, pero querían obligarme a poner a cuatro o cinco jugadores de la RDA. Pero eso no fue posible», recuerda Vogts a 29 años del nuevo comienzo de la selección alemana.
En aquel momento era comprensible que un joven futbolista como Sammer tuviera que reorientarse en muchas cosas. «Y encima si has crecido sin información, pasaste 22 años de tu vida dentro de un sistema completamente diferente y luego todo se derrumba», destaca el seleccionador alemán.
El 19 de diciembre de 1990, Sammer fue el primer jugador proveniente de Alemania Oriental en vestir la camiseta con el águila en un partido que Alemania ganó contra Suiza por 4-0.
«Que yo haya podido transitar ese camino, también en el ámbito privado, lo veo con humildad y lleno de gratitud. Es casi un regalo de Dios», dijo un tiempo más tarde el jugador.
Sin embargo, las ex estrellas de la RDA Sammer, Thom y Doll no pudieron impedir la derrota de la «Mannschaft» en la final de la Eurocopa 1992 ante Dinamarca. Tampoco Sammer y Kirsten lograron cambiar el resultado en el fallido Mundial de 1994.
Alemania logró recién un nuevo título en 1996 al ganar la Eurocopa en Inglaterra. Los «orientales» Sammer, Steffen Freund y René Schneider, que no jugó, formaron parte del equipo. Al mismo tiempo, el título significó el mayor éxito para Berti Vogts.
Un total de 38 jugadores de la ex RDA o de los estados federados del este han integrado la selección de la Alemania reunificada. Michael Ballack (nacido en Görlitz) y Toni Kroos (de Greifswald) se convirtieron en líderes y estrellas mundiales.
«Después de la caída del Muro de Berlín compré inmediatamente todas las revistas de fútbol», reveló Ballack, quien en aquel momento tenía tan solo 13 años.
Ballack estuvo al servicio de Karl-Marx-Stadt, Kaiserslautern, Bayer Leverkusen, Bayern Múnich y Chelsea, jugó 98 partidos internacionales, fue subcampeón del mundo y subcampeón de Europa.
El ambicioso sajón, de 43 años, no tuvo la posibilidad de coronarse con la selección nacional, algo que sí consiguió Kroos, que nació en Mecklemburgo-Pomerania Occidental exactamente 56 días después de la apertura del Muro.
Kroos fue el único jugador de la ex Alemania Democrática que integró el equipo campeón del mundo en Río de Janeiro 2014. «¿Seré realmente el único?», se preguntó asombrado Kroos en aquel momento. «Probablemente entonces yo también seré el último», concluyó.
La proporción de alemanes orientales en la selección de la Federación Alemana de Fútbol (DFB) se ha ido reduciendo desde 2002.
En el Mundial de Japón/Corea del Sur 2002 se incluyeron
siete jugadores en el equipo comandado por Rudi Völler, entre ellos, Bernd Schneider (Jena), Thomas Linke (Erfurt), Jens Jeremies (Dresden) y Carsten Jancker (Rostock).
En Alemania 2006, bajo la dirección de Jürgen Klinsmann, fueron cuatro: Ballack, Tim Borowski, Schneider y Robert Huth, mientras que en Sudáfrica 2010 solo se mantuvo Kroos.
Por su parte, Maximilian Arnold de Dresden (ahora Wolfsburgo) es el único jugador nacido en el este tras la reunificación de Alemania que disputó un partido con la «Mannschaft».
«La mayoría de los niños no llega ni a los equipos juveniles en el este. A los 12 o 14 años se los llevan los clubes occidentales económicamente más fuertes», declaró Eduard Geyer, el último técnico de la RDA.
Tras 293 partidos internacionales, Geyer cerró la historia de la selección de Alemania Oriental en septiembre de 1990 con una victoria por 2-0 ante Bélgica.
«Sería bueno para el desarrollo de muchos jugadores que se quedaran primero en casa. En los centros juveniles de Dresden, Rostock o Magdeburgo se hace un buen trabajo», destaca Geyer, de 75 años.
Con un talento excepcional, Kroos pasó a los 16 años directamente del Hansa Rostock al Bayern Múnich. El centrocampista de 29 años lleva ganadas cuatro Ligas de Campeones con el Real Madrid y es uno de los pilares del seleccionador Joachim Löw para la Eurocopa 2020.
Kroos le da poca importancia a su ascendencia oriental: «No me toca muy de cerca y no tengo ese vínculo que tienen mis padres», apunta.
Ni siquiera Berti Vogts puede responder por qué no aparecieron nuevos Sammers o Ballacks. «Es una pregunta difícil», comentó el ex técnico, de 72 años.
«No sé cómo es el entrenamiento juvenil en el este. Por lo que he visto, creo que en Leipzig se trabaja muy bien. El centro de entrenamiento del Unión Berlín también es muy bueno. Pero por qué tenemos tan pocos jugadores en este momento, no puedo decirlo».
Por su parte, el director de la DFB, Oliver Bierhoff, asegura que la Bundesliga «bien podría incluir otro club del este» de Alemania. Algunos clubes están destacando, como es el caso del Unión Berlín, recientemente ascendido a la primera división del fútbol alemán.
También tiene éxito el Leipzig, rechazado por muchos hinchas tradicionalistas debido a su cercanía con el fabricante austriaco de bebidas energéticas Red Bull. Sin embargo, el equipo de la Bundesliga tampoco incorporó jugadores de los llamados «nuevos» estados federados, las regiones de la antigua Alemania socialista.
Por Jens Mende y Manuel Schwarz (dpa)