Buenos Aires, 27 ago (dpa) – La ex presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) denunció hoy presuntas irregularidades cometidas en los registros que la Justicia llevó a cabo en tres viviendas de su propiedad y aseguró que en una de ellas se utilizó una sustancia tóxica que afectó a tres personas.
Por medio de su abogado, Carlos Beraldi, la ex mandataria también negó que la Justicia hubiera hallado documentos de origen ilegal cuando dispuso procedimientos legales en tres de domicilios que posee en Buenos Aires y en la provincia patagónica de Santa Cruz como parte de una investigación de presunta corrupción.
«Se filtró a la prensa, como es costumbre, datos absolutamente falsos: en ninguno de los domicilios hay bóvedas ni documentos u objetos que puedan tener una procedencia ilícita», afirmó Beraldi en un comunicado difundido en el sitio de Internet de Kirchner.
El diario «Clarín» había publicado el domingo que en la casa que Fernández de Kirchner tiene en la villa turística de El Calafate, en Santa Cruz, se halló una bóveda en la que había información de inteligencia sobre la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, esposa del fallecido fiscal Alberto Nisman, y el juez Claudio Bonadio, que investiga la supuesta trama de sobornos que tendría a la ex presidenta como presunta líder de una asociación ilícita.
Beraldi consideró que en los registros ordenados por Bonadio se cometieron supuestas irregularidades. Entre ellas, mencionó que se le «impidió controlar» como abogado defensor el operativo llevado a cabo en la vivienda del barrio de Recoleta, en Buenos Aires.
En ese lugar, agregó Beraldi, se detectó «un hecho de extraordinaria gravedad» cuando tres personas que asistieron al inmueble para limpiarlo tras los procedimientos judiciales «sintieron mareos, fuerte picazón en la garganta y los ojos y dificultades para respirar».
«Se constató que las dolencias padecidas tienen como origen un tóxico de contacto, recomendándose evitar, por todos los medios, una nueva re exposición al mismo ambiente», explicó Beraldi.
Por recomendación médica, ninguna de las personas regresó al inmueble, como tampoco lo hará Kirchner, «hasta tanto no se tenga una certera evaluación sobre el lugar y las cosas que fueron objeto de manipulación durante el allanamiento (registro)».
«No se dejaron tóxicos (en el lugar) bajo ningún punto de vista», aseveró Néstor Roncaglia, jefe de la Policía Federal, la fuerza de seguridad que tuvo a su cargo las inspecciones en las viviendas de Kirchner, en declaraciones al canal Todo Noticias.
El jefe policial admitió que las personas a cargo de los operativos hicieron, por indicación del juez, perforaciones en las paredes en busca de presuntos compartimentos ocultos en las viviendas.
Beraldi sostuvo que Bonadio «ordenó secuestrar» en los domicilios elementos que «no guardan relación con el objeto de la causa» y que forman parte del «ajuar del hogar, cuya incautación no tiene otro propósito que generar daño y humillación».
«Como muestra de la persecución política de la que mi defendida es objeto, se apoderaron de documentación que guarda relación directa con el cargo de senadora de la Nación» por la opositora agrupación peronista Unidad Ciudadana, agregó Beraldi.
Los registros de las viviendas de la ex mandataria fueron autorizados por el Senado porque la legisladora está protegida por los fueros parlamentarios.
Bonadio emitió el viernes un informe en el que señaló que, de acuerdo con las pruebas ya recolectadas, en Argentina funcionó «una organización delictiva conformada por funcionarios públicos comandados por quienes fueran titulares del Poder Ejecutivo», Néstor Kirchner (2003-2007) y Fernández de Kirchner.