Kirchner cierra su gira europea con un traspié literario

5783018wcristinaParís, 20 mar (dpa) – La gira de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner por Europa comenzó el fin de semana con un esguince de tobillo y terminó hoy con un traspié literario: la polémica por la lista de autores que Argentina envió al prestigioso Salón del Libro de París como país invitado de honor.

La inclusión de numerosos intelectuales kirchneristas en la delegación argentina, la ausencia de algunos autores de prestigio y la baja a último momento de Ricardo Piglia, uno de los más esperados en París, abrió una polémica que saltó a los titulares de la prensa francesa y centró las conversaciones en el acto inaugural del evento.

«La controversia refleja la división política del país. No queremos ser una sede de la disputas entre partidarios y detractores del gobierno argentino», dijo a la agencia dpa el director del Salón del Libro, Bertrand Morisset, que tomó distancias de «un problema entre los argentinos».

Rodolfo Hamawi, director de Industrias Culturales de Argentina, restó trascendencia al debate. «No hubo criterios políticos de selección. Todas las selecciones son polémicas», dijo a dpa tras la inauguración. «Es un tema menor. Al lado de esta fiesta, no tiene importancia».

Pero más allá de valoraciones subjetivas, la presencia del tema en la prensa francesa perturbó la fiesta literaria argentina. «La lista incluye ardientes defensores del gobierno, mientras que no figuran intelectuales conocidos por sus críticas a la presidenta Cristina Kirchner», constató «Le Monde».

Entre los ausentes más mencionados en Francia figuran el escritor y periodista Martín Caparrós, que aseguró haber figurado en una primera lista hasta que alguien dio «la instrucción» de quitarlo. También se cita a la ensayista Beatriz Sarlo, el historiador Luis Alberto Romero y los escritores Rodrigo Fresán, Jorge Asís o Edgardo Cozarinsky, que vivió varios años en Francia.

Al igual que otros medios, «Le Monde» recordó que Argentina ya protagonizó una polémica similar como país invitado en la Feria del Libro de Fráncfort en 2010, tanto por la lista de autores enviados como por un pabellón que incluía más fotos de la presidenta Fernández de Kirchner que de cualquier otro escritor.

La primera selección de iconos elegidos entonces para representar a Argentina en la mayor feria del libro del mundo sólo incluía a Diego Armando Maradona, Evita Perón, el Ernesto «Che» Guevara y Carlos Gardel. Ante las críticas, luego se sumó a Jorge Luis Borges y Julio Cortázar.

La polémica en París puede ser parecida, pero el tipo de evento, el país que lo celebra y el contexto son otros.

En Alemania, los organizadores rehuyeron la polémica y esperaron un año para criticar la politización de la presentación argentina. La prensa prefirió centrarse en el peso que el país invitado daba a la reflexión sobre la última dictadura militar: el análisis de un pasado violento y traumático es un tema central en Alemania.

No está claro que ahora la prensa gala deje pasar tan rápido la polémica. Las obsesiones francesas son otras, y entre ellas figuran el orgullo literario y los valores republicanos.

El Salón del Libro, por otro lado, no es del todo comparable a la Feria de Fráncfort. Mientras ésta se dirige a profesionales que van a hacer negocios, la feria parisina está pensada para un público que espera ver autores conocidos.

Uno de los objetivos de la visita de Kirchner al papa Francisco en Roma este lunes y del viaje a París, donde fue recibida por el presidente François Hollande, era lustrar la golpeada imagen internacional de Argentina. La polémica por el Salón del Libro es por eso algo más que literaria y llega en mal momento.

«Felizmente, la lista de autores también incluye nombres notables independientes de un partido», añadió «Le Monde» citando a Quino, Mempo Giardinelli, Pablo de Santis, Martín Kohan, Guillermo Martínez o Alicia Dujovne Ortiz o Silvia Barón Supervielle, entre otros.

En el mejor de los casos, la polémica quedará en el olvido cuando su voz comience a sonar desde mañana en París. La propia Kirchner lo anticipó hoy en la inauguración: «Yo no soy la invitada de honor. La invitada de honor es mi país».

Por Pablo Sanguinetti