(dpa) – Muchas personas probaron la emoción de conducir un kart en festividades señaladas, como regalo de Navidad o durante una despedida de soltero, pero muchas de ellas quieren seguir conduciéndolos y se preguntan cómo hacerlo.
La mayoría de la gente da sus primeras vueltas en los numerosos circuitos en los que se puede alquilar todo, empezando por el kart y terminando por el traje, el casco y el calzado. Al principio, unas zapatillas de deporte son suficientes. También es posible encontrar un pasamontañas a buen precio para colocárselo debajo del casco.
«Cualquier persona interesada en el karting debería probar una pista cubierta», explica Michael Kramp, portavoz de la Federación Alemana de Automovilimo (DMSB por sus siglas en alemán). «Se pueden encontrar en muchas grandes ciudades, y allí se pueden dar vueltas por unos cuantos euros para tener una primera impresión de si te gusta o no, y tal vez si se tiene talento para ello».
Quien tenga más interés, puede recurrir a un club automovilístico, aconseja Kramp. Muchos clubes tienen secciones que se ocupan del karting. Allí se conoce a gente con ideas afines que dan consejos.
La DMSB cuenta con el apoyo de otras tres entidades: el Automóvil Club Alemán (ADAC), la Asociación de Automovilismo de Alemania (DMV) y el Automóvil Club de Alemania (AvD). Todos tienen secciones de kart, a través de las que se pueden encontrar clubes regionales.
Para participar en carreras, es necesario tener una licencia de la DMSB, que incluye la cobertura de seguro. «El karting es considerado un deporte de alto riesgo, por lo que los seguros normales no siempre cubren un accidente», dice Kramp.
La licencia también permite participar en eventos de la DMSB, en los que está garantizado un cierto nivel de seguridad. «El circuito y el director de la carrera son experimentados. Se puede solicitar esta licencia sin un examen», añade Kramp.
En Alemania, hay muchos eventos regionales de karting al año, y dos grandes: El ADAC Kart Master y el Campeonato Alemán de Kart, con carreras para diversas categorías.
Aquellos que quieran continuar con el deporte pueden comprar su propio kart. Los fabricantes más conocidos son Tony Kart, CRG y Birel.
El legendario piloto alemán Hans-Joachim «Strietzel» Stuck aboga por el karting, también como deporte para adultos. «Porque una cosa está clara: no solo es divertido, sino que también ayuda a la hora de conducir un coche. Se trata de la forma física y, sobre todo, de la capacidad de reacción», dice.
«Cuando estás en una pista cerrada con un kart y simplemente pones a prueba tus habilidades, notas los pequeños detalles de hasta dónde llegan los límites de cómo se puede conducir», añade.
El actual representante de Volkswagen Motorsport y presidente de DMSB pone ejemplos: «¿Qué pasa si se rompe la parte trasera, cómo funciona el contraviraje y cómo funciona la conducción en una serie de curvas? Puedes hacerlo como deporte o solo para divertirte con tus amigos en una pista de karts de alquiler».
La movilidad eléctrica también ha llegado al karting, entre otros a través de Rimo Germany y sus karts Sinus. Los karts de gasolina y GLP son los habituales, pero el 40 por ciento de los 1.000 karts que Rimo construye cada año ya son eléctricos.
El umbral de inhibición aquí es más bajo porque son más fáciles de conducir. «Por ejemplo, las mujeres que nunca habían conducido antes, o padres que no dejan conducir a sus hijos, están en el ámbito del kart eléctrico», dice Peter Bertram, gerente de Rimo.
«Entre otras cosas, porque ahora tenemos la opción, por ejemplo, de controlar a distancia o ralentizar los karts de forma individual en caso de problemas”, asegura.
Según Bertram, un kart eléctrico totalmente equipado es casi el doble de caro que uno convencional, unos 12.000 euros (unos 13.500 dólares). Pero asegura que el rendimiento en términos de par y aceleración es mucho mejor, y la vida útil también es significativamente más larga.
Por Inga Stracke (dpa)
Foto: LRN Photo/DMSB/dpa-tmn