Juricic pesenta «Enigma»: Una mirada sobre la violencia contra el colectivo LGTB

San Sebastián, 27 sep (dpa) – El asesinato de la joven lesbiana Mónica Briones en 1984 en Chile es el punto de partida de «Enigma», el primer largometraje de Ignacio Juricic que vive hoy su estreno mundial en la sección Horizontes Latinos de San Sebastián, con una heterodoxa mirada sobre la violencia contra el colectivo LGTB.

Después de que otro cineasta chileno, Sebastián Lelio, se alzara con el Oscar a la mejor película extranjera con la historia de un transexual -«Una mujer fantástica»- tras inaugurar esta misma sección el año pasado, Juricic sigue la tendencia de numerosos realizadores del país latinoamericano pero con un enfoque muy diferente.

Lejos de centrarse en el brutal asesinato que nunca tuvo verdadera justicia, la cinta desvela los silencios y el rechazo de una joven lesbiana ya fallecida dentro de su propia familia y la violencia que supone que hagan un programa de televisión sobre una tragedia así, cuenta el joven cineasta chileno (1990) en entrevista con dpa.

Porque «Enigma» toma el título del programa de televisión sobre asesinatos que retrató el caso de Briones diez años después del crimen, un tipo de programas que fueron todo un fenómeno en Chile. «Es un género que empezó en los 90 con la idea de recrear crímenes y hacer una investigación periodística. El resultado eran recreaciones burdas, con poco presupuesto y sensacionalistas».

A ese programa es invitada Nancy, la protagonista de la película, para recrear el asesinato de su hija lesbiana en una historia ficcionada que indaga sobre la violencia que existe en la representación. Para preguntarse «qué tan violento es que hagan una película sobre tu vida y tu tragedia», reflexiona el cineasta. Y mucho más si se trata de un miembro del colectivo LGTB.

Juricic (1990), ya premiado en el festival de Cannes por «Locas Perdidas», un cortometraje centrado en una redada policial filmada y televisada en un club gay de la capital chilena, juega también con la sorpresa y el desvelamiento progresivo, dejando en evidencia los tabúes imperantes en toda familia, algo que considera «muy latino y muy chileno».

«Todos encontramos en nuestras familias temas de los que nadie es capaz de hablar de frente», como ocurre con la de sus protagonistas.

De su propia familia precisamente tomó elementos para la película, como la gran presencia de mujeres y la forma de enfrentar el problema. «Tengo tres hermanas y mi madre tiene tres hermanas. Para mí es natural hacer una película de puras mujeres», asegura.

Un colectivo que se ve también discriminado dentro del LGTB, asegura. «Los voceros de las organizaciones del colectivo son todos hombres y en Chile es más fácil ser gay que lesbiana», asegura. «El patriarcado también está dentro del colectivo LGTB».

Aunque considera la ley de identidad de género aprobada recientemente en el país como un paso en la buena dirección, Juricic ve «grupos reaccionarios superpotentes avanzando con fuerza en Chile y en todo el mundo» y advierte que la violencia física contra gays, lesbianas y transexuales no ha parado.

Películas hechas recientemente en Chile -como «Jesús», de Fernando Guzzoni, o «Rara», de Pepa San Martín- ilustran la necesidad de sacar esos temas a la luz y desde distintos ángulos, cree Juricic. «Pero al mismo tiempo es traumático para la familia tener que revivir esas representaciones continuamente», señala.

La historia de «Enigma», ambientada a finales de los años 90, trasciende sin embargo al colectivo para reflejar el silencio y la falta de justicia imperante tras la dictadura chilena. «El miedo y la forma de relacionarse de las personas en la película tiene mucho que ver con la transición y el miedo y la sensación de impunidad que quedaron después de la dictadura», señala.

Porque cuando acaban de cumplirse 45 años del golpe de Estado de Augusto Pinochet, en Chile continúa la impunidad e incluso ha habido casos de negacionismo, denuncia Juricic en referencia a las declaraciones del ex ministro de Cultura Mauricio Rojas, que tuvo que dimitir tras señalar que el museo de la memoria era un montaje.

Pese a todo, Juricic es optimista respecto a la acogida de la cinta en Chile, que se proyectará en el festival de Valdivia (del 8 al 14 de octubre) y se estrenará en salas comerciales el próximo año.

Por Raquel Miguel (dpa)