Izquierda Unida de Asturias ha exigido hoy a la Consejería de Educación voluntad política para buscar soluciones a los déficit de transporte escolar en el occidente asturiano.
La formación, presentará mociones en los Ayuntamientos afectados con el objetivo de que se inste al Gobierno a presentar un plan de transporte y que vendría a completar la Proposición no de Ley también registrada en la Junta con el mismo fin.
La portavoz parlamentaria, Ángela Vallina, junto a las concejales de Navia, Marga Iglesias y Vanesa Lanza, y de Valdés, Isabel Guardado, han reprochado hoy el silencio de la Administración autonómica ante un problema que tiene más de una década que, a su juicio, demuestra «muy mal talante» para iniciar la nueva etapa en este departamento. «Desde la Consejería no se ha dado ninguna respuesta, ni siquiera se ha puesto en contacto con los padres que están pidiendo solución y que, también, están aportando algunas soluciones. Esta semana pasada la nueva Consejera (Lydia Espina), a preguntas mías en la Comisión (de Educación) no dio tampoco ninguna respuesta y lógico que se le reproche que no se haya puesto en contacto con los padres».
Vallina ha reconocido que el transporte en el bachiller no es obligatorio, sin embargo, ha recordado que no se puede estar permanentemente hablando del reto demográfico y la despoblación de la zona rural y, al mismo tiempo, negando servicios que garanticen que todo el mundo, con independencia de su lugar de residencia, puedan tener los mismos derechos. El pasotismo de Educación, según la parlamentaria, queda patente en el hecho de que, hasta el momento, no se haya reunido con los padres y madres del alumnado afectado ni, tampoco, haya realizado ni una sola declaración sobre qué medidas piensa aportar.
Para la concejala naviega Marga Iglesias, la juventud del medio rural lo tienen más difícil, toda vez que, sin facilidades en el transporte escolar, las posibilidades de continuar sus estudios son más difíciles. En el trasfondo del conflicto, unas líneas de transporte que no se adecúan ni en horarios ni en trayectos a las necesidades estudiantiles. Y es que, según explicó luego la también concejala de Valdés, Isabel Guardado, los padres ni siquiera exigen el pago del transporte sino garantías de que existan líneas que permitan a sus hijos e hijas desplazarse hasta los centros educativos.
Las malas conexiones, ha enfatizado Iglesias, «favorece el éxodo rural» o en el desistimiento de una parte del alumnado rural en continuar sus estudios, perdiendo un «enorme talento». Y es que la juventud no lo tienen fácil, con una oferta educativa reducida y que se concentra, a veces, muy lejos de sus domicilios. Como ejemplo, ha señalado la edil de Navia, «el bachiller de arte sólo está en Luarca y no pueden acceder a ello por el transporte los que son de Vegadeo, de Tapìa o de La Caridad».
Lo peor, ha criticado la concejala de Navia Vanesa Lanza, es que la situación está enquistada sin que, hasta ahora, ninguna administración autonómica haya puesto los medios para solucionar los déficit en el acceso a los centros educativos. «La situación del transporte actual es la misma que hace diez años, justamente cuando yo iba al instituto y veía cómo mis compañeras y compañeros lidiaban con los desplazamientos para poder ir a las clases. Y ya no voy a hablar de formaciones después del instituto, sino del mismo bachiller, que ya se entiende como no obligatorio, pero no olvidemos que es un paso fundamental para poder acceder a otro tipo de estudios».
La situación se agrava, además, por una escasa oferta. «Hablando un poco de la zona occidental asturiana, donde, por cierto, ya no abunda la diversidad de formaciones después del bachillerato, con lo que nos vemos obligados, la juventud, porque a mí me tocó bien de cerca, a movernos al centro. Ya no vamos a hablar de la economía, cómo está, cómo estaba y el desembolso que procede: no toda la población se puede permitir este desembolso»