Kabul, 13 nov (dpa) – El cultivo de opio aumentó un 36 por ciento en Afganistán y llegó a un nivel récord en 2013, según un informe presentado hoy por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) y el gobierno afgano.
Las 209.000 hectáreas de cultivo descubiertas superan a las 193.000 hectáreas de 2007, hasta ahora la cifra más alta. El año pasado la cifra había sido de 154.000 hectáreas.
El cultivo de la adormidera ha ido en aumento constante desde 2010, algo que la ONU atribuye a la falta de seguridad y la inestabilidad política.
El Informe sobre el Opio en Afganistán 2013 señala que la producción alcanzó en torno a las 5.500 toneladas, casi un 50% más que en 2012 pero por debajo del récord de 2007, de 7.400 toneladas.
Yuri Fedotov, titular de UNODC, aseguró que las cifras «dan qué pensar». La situación es «una amenaza a la salud, la estabilidad y el desarrollo en Afganistán y en otras partes», indica en un comunicado.
Dos provincias perdieron su certificación de libres de opio este año, lo que deja en 15 el número de provincias libres del cultivo de un total de 34.
Unas 143 personas murieron durante la campaña de erradicación en 2013, frente a las 102 víctimas mortales en 2012.
La principal zona productora es la volátil provincia de Helmand, con en torno al 48 por ciento de la producción nacional. Los campos de adormidera se expandieron este año allí un 34 por ciento.
«Uno de los principales factores detrás del aumento del cultivo en 2013 fueron los altos precios del opio en 2012», señala el informe. «Pero también puede haberse visto reforzado por la especulación debido a la retirada de las tropas internacionales y las futuras elecciones en 2014, lo que llevó a los campesinos a cubrirse las espaldas ante el futuro político incierto del país».
El comercio con la adormidera mueve casi mil millones de dólares (unos 710 millones de euros), un cuatro por ciento del PIB nacional. Afganistán produce el 80 por ciento del opio mundial, señaló a dpa Jean-Luc Lemahieu, representante de UNODC para la región.
Lemahieu explicó que el tema de la droga es en Afganistán «como un virus que entra en un cuerpo con un sistema inmune con defensas bajas en gobernanza, corrupción, impunidad, y reduce la escasa resistencia que aún queda».