La final del la Europa League ha sido un ejemplo, de que en estos partidos no vale ir de claros favoritos. El mayor porcentaje de todas las encuestas daban como ganador al Leverkusen que partían como ganadores indiscutibles.
En el fútbol no vale ganar antes de jugar. Si vale mentalizarse de que el enemigo también juega.
El equipo alemán venía como equipo revelación, pues no había perdido partido en todo el año e hizo una Bundesliga gigante. El conjunto de Xabi Alonso, contra pronóstico, arrasó a todos sus rivales, quedando líder, sin perder partido y quedó campeón después de 109 años. Los alemanes están contentísimos, con el entrenador español, pues ha hecho una temporada victoriosa, genial y espectacular
Gasperini fue clave en el triunfo del equipo italiano y se armó de una lección táctica, que hizo inútil el esfuerzo de los jugadores del conjunto alemán y que venían a jugar la final sin perder partido en la liga y en la Europa League.
Desde el principio el conjunto italiano presionó muy arriba hasta el área contraria, dejando atrás un uno contra uno y no dejando jugar al conjunto alemán en ningún momento. Por tanto les hizo desaparecer del partido, consiguiendo así una victoria sorprendente, muy merecida y dando una lección táctica letal
El trabajo de todos sus hombres ha sido mortal y ha aprovechado al gran jugador inglés que juega con la selección nigeriana. Lookman es un jugador desequilibrante, que hizo un partido soberano marcando los tres goles. El primero de ellos anticipándose a la defensa en un desmarque perfecto. Los otros dos goles de dos grandes jugadas individuales, una con un enorme disparo con la derecha desde fuera del área y el último de un zurdazo tremendo, lanzando un obús impresionante con la izquierda, marcando así la diferencia de un jugador de alta definición
Claro y concreto esto es un veredicto final indiscutible.
Los partidos no se pueden ganar antes de jugar.
Artículo de opinión de Helio García del Busto