Puede que si hubiera salido Omar, el espectáculo de verdulería se hubiera puesto al más alto nivel de mercadillo de bragas.
Si se hubiera ido el primo, el espectáculo habría seguido siendo el mismo con el añadido de tener a la prima de Albacete llorando por las esquinas mientras la parejita seguiría tirando los trastos a la cabeza de Paula.
Pero lo cierto y real es que ¡se ha ido Lucía! Por fin…
Que se vaya a cantar a otra parte con sus aires de grandeza y su prepotencia de tres al cuarto.
Me alegro de que se haya ido y me alegro de no volverla a ver (al menos dentro de la casa).
Daría muchísimo juego si Omar y Paula volvieran a su “tonteo” y que Lucía tuviera un ataque de loba herida y celosa en todas y cada una de las galas que queden, aunque ojalá Paula tenga la cabeza amueblada y no vuelva a caer en ese juego (veremos…).
No es que Paula me caiga especialmente bien, pero al menos dentro de la casa ha sabido comportarse y llevar la humillación de una manera muy digna.
Está claro que esta ha sido la noche de Paula. Lo que no está nada claro es lo que pasará a partir de ahora…
Iris Cañas
