Godard: «El cine es como Cataluña, tiene dificultades para existir»

Cannes, 12 may (dpa) – Sólo él se lo podía permitir. Jean-Luc Godard, una leyenda vida del cine mundial, tuvo hoy una aparición triunfal en el Festival de Cannes sin salir de su casa en Suiza: respondió a las preguntas de los periodistas en el certamen francés a través de la pantalla de su teléfono móvil.

Los periodistas iban colocándose uno a uno delante de un micro en la sala de prensa para poder hablar con el realizador franco-suizo, que presentó a concurso «Le livre d’image», una reflexión sobre el mundo actual intercalando imágenes reales con escenas de películas, textos de escritores consagrados y obras de grandes pintores.

Aunque al principio del encuentro con la prensa señaló que «Le livre d’image» no era una película política, el cineasta sí aborda en el metraje temas candentes como la situación en Cataluña, a la que hace referencia con un fotograma: el que muestra el título del libro de George Orwell, «Homenaje a Cataluña».

Había decidido incluir ese fotograma, pero cuando estaba editando, coincidió además con lo que estaba pasando en la región española, explicó el cineasta al ser preguntado si había querido hacer referencia al proceso independentista que ha revolucionado política, económica y socialmente Cataluña desde hace casi un año.

«El cine es como la pequeña Cataluña, tiene dificultades para existir», añadió.

Godard, uno de los impulsores de la renovadora corriente cinematográfica de Nouvelle Vague, así como uno de los promotores de que el Festival de Cannes se suspendiera (por primera y única vez) debido a las protestas en París en mayo de 1968, lanza en su película numerosas referencias al mundo árabe, para el que pidió más respeto. «Ellos inventaron muchas cosas. Tienen más petróleo del que necesitan. Deberían dejarles en paz para que solucionen ellos mismos sus problemas», señaló el cineasta, quien dijo sentir una gran consideración por el orientalista palestino ya fallecido Edward Said.

Su vanguardista concepción del cine fue aplaudida sobre todo por los seguidores del hetedorodoxo cineasta, quien insistió en varias ocasiones que el cine actual está diseñado para mostrar lo que pasa, cuando debería consistir en lo que no pasa. «Lo que no está pasando llevará a una catástrofe. Lamentablemente vemos muy poca inteligencia actualmente», advirtió el realizador. En mis películas se ve lo que no pasa, insistió Godard.

Además, expuso como forma ideal de proyectar su película hacerlo sin sonido y en un café. «Alguien en el café se daría cuenta en algún momento de que las imágenes y el texto van juntos», añadió el realizador, que más allá de gustos concibe el cine desde la radicalidad de una obra artística, no como el producto audiovisual que ha generado toda una millonaria industria.

Godard juega en otra liga distinta a la del resto de de los cineastas y a sus 87 años asegura que seguirá haciendo cine siempre que sus piernas, sus manos y sus ojos se lo permitan. La lucidez del director, que habla de forma pausada y con una voz que delata su edad, está fuera de toda duda.

El más veterano de todos los que compiten por la Palma de Oro, un trofeo que nunca ha recibido de Cannes, se convirtió en el protagonista de la jornada, sobre todo porque hace años que no se deja ver por el certamen. Opacó además a la película china presentada a concurso «Ash is Purest White», de Jia Zhag-Ke, quien vuelve a colaborar con su actriz fetiche Tao Zhao.

El cineasta de 48 años, que ganó el León de Oro con «Naturaleza muerta», vuelve a mostrar la evolución de su país a través de la relación amorosa entre el líder del hampa de una localidad minera venida a menos y una espabilada muchacha, sin embargo la historia no tiene la misma fuerza que «A Touch of Sin», con la que se llevó el premio al mejor guión hace cinco años en Cannes.

Por María Luz Climent Mascarell (dpa)