Gaudio vs. Coria : La batalla que precedió a la “dictadura» Nadal

Décimo aniversario de la final de Roland Garros 2004PARÍS (dpa) – Fue de diván, un partido de tenis de auténtica locura que precedió a una época de dominio inigualable: más que una final, el duelo entre los argentinos Gastón Gaudio y Guillermo Coria por el título de Roland Garros 2004 fue un concierto de errores, inconsistencias y emoción que terminó por marcar a fuego a dos archirrivales dentro y fuera de las canchas.

«Estaba totalmente del lado de Coria y luego se volvió loco, le entraron los nervios. Acabó cediendo una final que habrá recordado muchísimos días de su vida como algo desastroso para él», dijo a dpa el ex número uno del mundo Juan Carlos Ferrero, rival de ambos en aquel 2004 mágico para el tenis argentino, que colocó a tres jugadores en las semifinales del Abierto de Francia.

El 6 de junio de 2004 fue un día histórico para la «armada albiceleste»: Gaudio, que llegó a la final sorprendiendo al mundo, retaría a Coria por el título de Roland Garros en la cancha Philippe Chatrier. Pero lo que vieron aquellos 15.000 espectadores quedó grabado como algo más que un partido de tenis.

Guadio remontó dos sets en contra para terminar ganando a Coria por 0-6, 3-6, 6-4, 6-1 y 8-6. «No, no gané yo», balbuceó el vencedor en la entrega de premios ante un desencajado Coria.

Fue la última final a cinco sets en París, que desde entonces asistió a una auténtica dinastía: el español Rafael Nadal comenzó en 2005 una era de dominio que hasta el momento sólo fue interrumpida en 2009, cuando perdió su único partido al mejor de cinco sets sobre arcilla.

Resultaría casi imposible pensar que a Nadal, un tenista tan fuerte física como mentalmente, se le escapara alguna vez una ventaja de dos sets en un Grand Slam. Pero Coria, el «rey de la arcilla» en aquel 2004 y llamado a marcar una era en esa superficie, perdió una final que tenía en el bolsillo.

«Recuerdo todo, te puedo contar la final de ida y vuelta. Ahora estuvimos grabando un documental acá con Guillermo Vilas y reviví toda la final otra vez. Me acuerdo prácticamente de todo lo que pasó», dijo Gaudio, de 35 años, en París una década después de levantar la copa.

«Siempre está espectacular volver aquí. Siempre fue el torneo donde mejor me sentí y donde mejor me siento. Es espectacular toda la atmósfera alrededor de este torneo. Es bárbaro», añadió el argentino, que llegó a ser el número cinco del mundo gracias en buena parte a un excelso revés a una mano.

«A medida que pasan los años te das cuenta de lo que lograste. Y sos un poco más grande y te das cuenta de cosas que cuando sos chico no estás muy en la realidad».

El triunfo de Gaudio supuso un golpe al mentón de Coria, cuya carrera comenzó a descender desde el partido que perdió ante su «enemigo»: jugaría cinco finales más en su carrera, pero perdió cuatro de ellas. Gaudio, sin embargo, tampoco supo aprovechar el envión de su victoria y nunca volvió a jugar una final de primer nivel.

«La relación nunca fue buena. No es que en ese partido cambió. Nunca nos llevamos bien y tampoco hoy. Ese partido no modificó nada, ya estaba bastante mal desde antes de empezar», recordó Gaudio en París.

«Con Coria nunca nos quisimos nada, teníamos una vieja rivalidad y en esa final jugamos un partido aparte», señaló el argentino en una entrevista con el canal «DeporTV».

Y vaya si fue un partido aparte. Coria estaba aplastando a su rival en la cancha, pero víctima de los nervios y de los calambres entregó el partido a un Gaudio.

«Para mi no se acalambró. Yo estuve acalambrado jugando al tenis y sé muy bien que cuando te pasa no podés hacer nada; por eso no le creo a Coria», sostuvo recientemente Gaudio.

Juan Mónaco, compatriota y contemporáneo de ambos, aseguró que fue la final más dramática que vio el tenis en muchos años.

«Fue increíble, yo creo que esa final es un partido para que un psicólogo tenga que trabajar y exponerla en al universidad cada vez que tenga que dar alguna clase. Pasaron tantas cosas, tan cambiante», dijo el ex top ten a dpa en París.

«Coria avasalló los primeros dos sets en una hora, parecía hasta muy abultado lo que estaba pasando. No era un partido de una final. Después se empieza a acalambrar, empiezan los dramas, Gastón que se empieza a reír, que empieza a disfrutar, que empieza a jugar con la gente… Y cuando te quisiste acordar estaban 4-4 en el quinto set. Y Coria tuvo match points y los erró por un centímetro. Y luego Gaudio sacó ventaja de eso. El festejo, todo, fue muy dramático, porque un jugador estaba como para ser campeón y el otro se encontró con el trofeo, que no se lo esperaba nadie», relató.

Por Ignacio Encabo