Vail (EEUU), 7 ene (dpa) – Tenía incluso el diseño de su casco listo para el desafío en Rusia, pero el sueño olímpico de Lindsey Vonn llegó hoy a su fin.
«Estoy devastada por tener que anunciar que no podré competir en Sochi», dijo la campeona olímpica, que tras romperse los ligamentos cruzados en 2013 siente aún una inestabilidad importante en la rodilla derecha, de la que fue operada hace 11 meses.
«Hice todo lo posible para estar de alguna manera lo más fuerte posible», se lamentó la esquiadora. «Pero la realidad es que mi rodilla es sencillamente demasiado inestable para competir a este nivel», explicó la deportista en un comunicado las razones de su renuncia a Sochi 2018, los Juegos invernales que se inauguran en exactamente un mes.
«Voy a operarme pronto para estar lista para el Mundial en mi casa, Vail, el próximo febrero (de 2015). Lo positivo de esto es que habrá una plaza extra libre para que una de mis compañeras de equipo busque el oro. ¡Voy a estar alentando a todos en los Juegos, y en especial al equipo de Estados Unidos!».
Vonn es la esquiadora más exitosa de la historia estadounidense, y en Sochi aspiraba a defender la medalla de oro ganada en el descenso de Vancouver 2010.
La ausencia de Vonn en el el centro de esquí de Rosa Khutor, a 70 kilómetros de Sochi, es un golpe también para el gigante televisivo NBC, que tendrá que buscar otro rostro para «vender» los Juegos a los estadounidenses.
Vonn comenzó a despedirse de Sochi 2014 exactamente un año antes de los Juegos, en febrero de 2013 en los mundiales de Schladming. En la primera carrera, el Súper-G, Vonn sufrió una dura caída y se rompió los ligamentos cruzados.
Los meses siguientes la vieron luchando por recuperarse tras la operación, entrenándose y mostrando siempre optimismo y buen humor. Pero entonces llegó noviembre y una nueva caída, en los entrenamientos en Copper Mountain, poco antes del inicio de la Copa del Mundo. Pese a ello volvió a competir y fue quinta en el Súper-G de Lake Louise.
En el descenso de Val d’Isere, por la Copa del Mundo, Vonn ni siquiera cruzó la meta. Se mantenía sobre los esquíes, sí, pero con gestos de dolor y lágrimas, precisamente en la primera visita que le hacía su novio, el golfista estadounidense Tiger Woods, a una participación suya en la Copa del Mundo.
«Se me rompió el ligamento», le dijo al estadounidense a la cadena alemana ZDF. «Totalmente», enfatizó ante la repregunta del periodista alemán, que no podía creer lo que escuchaba. Una resonancia magnética confirmó las sospechas de Vonn.
La estadounidense estaba dispuesta a competir en Sochi pese a todo -«tengo 29 años, ya no soy tan joven»-, pero la realidad se impuso: verá los Juegos por televisión. Los próximos, en 2018 en la estación surcoreana de Pyeongchang.
Por Maximilian Haupt
