MADRID (dpa) – El heredero al trono español se convertirá en las próximas semanas en el rey Felipe VI. Su proclamación supondrá un cambio histórico en el país, tras los 39 años de reinado de Juan Carlos, pero también en la vida cotidiana de los españoles.
La imagen de Felipe, de 46 años, sustituirá a la de su padre en monedas, sellos y despachos oficiales. En el aire están todavía otras cuestiones, como el nombre de edificios públicos o de galardones tan prestigiosos como los Premios Príncipe de Asturias, considerados los «Nobel españoles».
Desde que Juan Carlos accedió al trono, en 1975, las monedas españolas están grabadas con su perfil. Hasta 2001, en las pesetas. Y a partir de entonces, cuando España entró en el euro, en una de las caras de las pieza de uno y dos euros.
¿Cuándo tendrán los españoles a Felipe VI en su monedero? El proceso puede ser largo, señalan a dpa fuentes de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre.
España debe notificar a la Comisión Europea la sucesión en la jefatura del Estado y solicitar autorización para realizar el cambio en las monedas, como hicieron recientemente Bélgica y Holanda cuando sus respectivos reyes abdicaron.
El Tesoro, responsable de la moneda en España, convocará al Banco de España y a la Fábrica de Moneda y Timbre, que acordarán con la Casa Real cómo será la imagen del nuevo monarca. Habrá que trabajar en varios bocetos y, con uno sobre la mesa, dar el último paso: la preparación de los troqueles que acuñarán las nuevas piezas.
Sólo la labor realizada desde que se tiene el boceto definitivo hasta que está listo el troquel para imprimirlo y sellarlo en metal puede durar dos meses, señalan desde la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre.
«Es un proceso largo que requiere varios trámites y que se sigue haciendo en parte de forma manual, como antiguamente, con buriles. Se trata de un trabajo de mucho detalle», matizan.
No será la primera vez que Felipe aparece en una moneda: ya lo hizo en una de las cinco series emitidas en España con motivo del quinto centenario del descubrimiento de América en 1992, poco después de hacer su primer viaje oficial a Iberoamérica. En 2004, año de su boda, se lanzó otra emisión conmemorativa junto a Letizia.
La imagen de Juan Carlos también será sustituida por la de su hijo en los sellos de correos. La primera vez que el perfil de Felipe ilustró uno fue en 1977, con motivo de su investidura como Príncipe de Asturias.
Pagarán con otras monedas y mandarán cartas (pocas ya) con otros sellos, pero los universitarios que estén a punto de concluir sus estudios se encontrarán con otra novedad más: ya no será el nombre de Juan Carlos I el que encabece su título, sino el de Felipe VI.
Los retratos oficiales del actual rey también deberán ser retirados del «lugar preferente» de ayuntamientos, juzgados y edificios públicos de toda España y sustituidos por los de Felipe, tal y como ordena la ley.
¿Y qué ocurrirá con los numerosos hospitales, colegios, parques públicos o poliderportivos que llevan el nombre del príncipe, la princesa Letizia o la infanta Leonor? Algunos podrían actualizarse, aunque previsiblemente se hará de forma escalonada.
Pero lo que despierta mayor expectación en España es el futuro de los Premios Príncipe de Asturias que otorga anualmente la fundación de mismo nombre a personalidades de la ciencia, las humanidades, el deporte y la cultura.
El príncipe Felipe es, desde 1980, el presidente de honor de la fundación y en cada ceremonia de entrega, celebrada en octubre en la ciudad de Oviedo (norte), pronuncia un discurso personal.
¿Seguirá haciéndolo en la próxima edición? ¿Conservarán los premios su nombre o pasarán a llamarse Princesa de Asturias?
«Aunque sea un poco pronto para dar respuestas, si hay que hacer cambios serán fáciles y se harán desde la solidez institucional y la normalidad», se limitó a decir la directora de la Fundación Príncipe de Asturias, Teresa Sanjurjo.
Parece improbable que la heredera más joven de Europa sea quien pronuncie en la próxima ceremonia de los premios el discurso que Felipe acostumbra a dar cada otoño (boreal). Pero sí podría estar por primera vez presente en el acto.
«La infanta Leonor tiene ocho años y serán sus padres quienes decidan si viene este año a la entrega de los premios, pero, si viene, será bien recibida», dijo Sanjurjo. El futuro rey tenía 13 años, cinco más que Leonor, cuando otorgó los primeros galardones concedidos por la fundación, en 1981.
El lunes, tras conocerse la decisión de Juan Carlos de abdicar en su hijo Felipe, la Fundación reiteró en un comunicado «su respeto y lealtad a la Corona» y su intención de «seguir trabajando con continuidad institucional, manteniendo el compromiso con la cultura y la excelencia que ha regido siempre su actividad».
El presidente de la fundación, Matías Rodríguez Inciarte, destacó «el extraordinario impulso», del príncipe «al desarrollo de la fundación con su dedicación y atención permanente». «Sus mensajes anuales son seguidos siempre con interés y atención y han contribuido a la difusión internacional de nuestros galardones», dijo.
Por Ana Lázaro Verde
