Expocómic 2013 se despide con mucho color y un incremento de visitantes

5796111wMadrid, 15 dic (EFE).- Decenas de jóvenes, y no tan jóvenes, han acudido hoy al último día de la decimosexta edición de Expocómic, que cierra sus puertas tras recibir a alrededor 28.500 personas, un aumento de 1.500 visitas respecto al año anterior, según la organización del salón.

«Estamos mejor que el año pasado, pero no contamos con el impulso que deberíamos tener. En parte se debe a la falta de apoyos, porque si el Ayuntamiento de Madrid se volcase en este evento, podríamos llegar a más público. Aquí tenemos a los aficionados del cómic, pero no podemos llegar a otra gente por falta de recursos económicos», ha contado a Efe el director de Expocómic, Emilio Gonzalo.

En este sentido, y quizá porque los superhéroes últimamente están demasiado ocupados en salvar al mundo, Gonzalo no ve en la actualidad solución a este problema y aboga por la aparición de alguien más terrenal, «como un mecenas» que ayude a la organización, la Asociación de Amigos del Cómic, a salir de esta situación.

«Si nos gastamos todos los recursos que tenemos, y no olvidemos que somos una asociación sin ánimo de lucro, en traer a los autores de fuera, y pagarle todo, no nos lo podemos gastar en poner banderolas por la ciudad. Y, si ponemos banderas, no traemos autores, y entonces el contenido de la exposición no tendría mucho sentido», ha asegurado Gonzalo.

Eso sí, las cifras y quebraderos de cabeza que preocupan a la organización son menos cuando al alzar la vista del gris hormigón del suelo del Palacio de Cristal de la Casa de Campo se divisa una amalgama de colores y formas dignas de la mejor película de ficción, porque hoy, mientras que algunos autores ultimaban sus firmas de ejemplares, le tocaba el turno a los amantes del «cosplay».

Con cabina telefónica incorporada, en el escenario de Expocómic, un Superman procedente de Talavera de la Reina ha levantado las pasiones del público con su interpretación del cambio de vestuario más rápido de la historia del cine: de Clark Kent a Superman.

«Intento ser un Superman profesional y, desde que era pequeño tenía fijación con este personaje. Como asiduo a este salón y más este año, con el 75º aniversario del superhéroe, decidí que me tenía que preparar un Superman acorde a estos tiempos», ha relatado Ezequiel, un joven de 26 años que infla su pecho cada vez que le piden una foto.

Y es que, el «cosplay» (caracterización de personajes de anime y manga) no sólo implica disfrazarse con todo lujo de detalles sino adoptar la personalidad del personaje.

«El traje está entero hecho a mano con tela elástica, látex, punto, y mogollón de horas de paciencia con aerógrafos y pinceles. Las poses que hago son así porque Superman tiene que ser muy icónico», ha destacado Ezquiel, quien no ve problema en que cada vez haya menos cabinas de teléfono para pasar de humano a superhéroe.

«Superman, con su súper velocidad, se podría cambiar en cualquier espacio y sería imperceptible al ojo humano», ha aclarado.

Y mientras que Superman colocaba su cabina de cartón, una familia de tres miembros pasaba a su lado mirándolo con asombro, sin saber que ellos también estaban siendo fotografiados.

Olivia, la madre, Mario, el padre, y Ágatha, la hija de siete años, han optado por acudir a Expocómic disfrazados, respectivamente, de una malvada y jorobada bruja, el lobo feroz y la dulce Blancanieves, pero en formato «diabólico».

«La sangre de la cara no me molesta, es muy ‘chuli’ disfrazarme con papá y mamá», ha dicho Ágatha escondiéndose tímidamente detrás de la joroba de su madre.

Del cómic más tradicional, a lo más actual: los llamados «webcómic», la lecturas sólo disponibles en Internet. En el mundo del «cosplay» todo tiene cabida y así lo han querido demostrar cuatro jóvenes madrileñas, de 18 y 19 años, que han optado por disfrazarse de los personajes del «webcómic» estadounidense «Homestruck».

«El ‘cosplay’ es un hobby muy sano, fomenta la creatividad y conoces a mucha gente. Aunque tengas que basarte en un personaje siempre tienes que buscar maneras de defenderlo», ha respondido María mientras su compañera le retoca la peluca.

Y tanto defienden esta afición que se «niegan» a pensar que les coloquen la etiqueta de «frikis»: «Todo el mundo es ‘friki’ de algo, porque ¿acaso el que va todos los sábados a ver el fútbol no es un ‘friki’? Es una afición cualquiera», ha expresado María.

Por Pilar Martín.