Múnich, 13 ago (dpa) – La jefatura de la automotriz alemana Audi conocía en parte las prácticas fraudulentas que se seguían para ocultar las emisiones reales de gases en los motores diésel de la marca, denunció hoy un ex ingeniero en el juicio por el conocido como «Dieselgate».
El proceso, que se inició el 30 de septiembre, tiene como principal acusado al ex presidente de Audi, Rupert Stadler, al que acompaña el ex miembro de la junta directiva de Porsche, Wolfgang Hatz, y dos ingenieros.
La declaración de hoy pertenece a uno de estos dos últimos, identificado como Giovanni P., cuyos cargos se refieren a la manipulación de un software para que las emisiones reales de los automóviles no se mostraran en las pruebas a las que eran sometidos.
Volkswagen, la empresa matriz de Audi, siempre ha insistido en que el fraude, que salió a la luz en 2015, fue obra de una serie de empleados de nivel inferior que actuaron sin el conocimiento de sus superiores.
Sin embargo, Giovanni P., que ha admitido gran parte de los cargos que se le imputan, declaró hoy que él se limitó a ejecutar las órdenes que venían de la dirección de Audi, por más que no estuviese de acuerdo con algunas de ellas.
«Nadie podría haber dicho: ‘Yo no sabía nada'», manifestó al tribunal de Múnich.
La acusación admitida por Giovanni P., así como por el otro ingeniero, es que se manipularon más de 400.000 motores diésel a partir del año 2008 mediante un software, con el objetivo de que los coches que los equipaban pasaran las pruebas medioambientales de emisión de gases.
Stadler, que rechaza los cargos, asumió la presidencia de la compañía en 2007. El Grupo Volkswagen, del que Audi es una filial, le retiró del cargo tras su detención en junio de 2018 por intentar influir en un testigo del caso.