Kiev/Nueva York, 26 nov (dpa) – Estados Unidos acusó hoy a Rusia ante la ONU de violar la soberanía ucraniana, tras la escalada de la tensión entre Kiev y Moscú en el mar de Azov que llevó a Ucrania a decretar la ley marcial en el país.
Las reiteradas «acciones ilegales» de Rusia hacen imposible que el presidente estadounidense, Donald Trump, pueda tener una relación normal con Moscú, dijo la embajadora estadounidense en la ONU, Nikki Haley, durante una sesión de emergencia en el Consejo de Seguridad de Nueva York, convocada tanto a petición tanto de Kiev como de Moscú.
Poco antes había sido Rusia quien había lanzado esa acusación contra Ucrania, al solicitar incluir en el debate la violación de la soberanía de Moscú por parte de Kiev. La petición fue sin embargo rechazada.
El trasfondo de la escalada de la tensión es la disputa desencadenada el fin de semana cuando la guardia costera rusa impidió el acceso de la Marina ucraniana por el estrecho de Kerch -entretanto ya reabierto-, una estrecha vía marítima entre la disputada península de Crimea y tierra firme rusa que separa el mar Negro y el de Azov.
Un buque de la Marina rusa embistió a uno ucraniano y después las Fuerzas Armadas rusas interceptaron tres buques ucranianos frente a las costas de Crimea, uno de los principales focos de conflicto entre los dos países después de que Rusia se anexionara la península en 2014. El incidente dejó heridos.
El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, reaccionó decretando la ley marcial. El decreto publicado por la presidencia y pendiente de la aprobación del Parlamento tiene una validez prevista de 60 días. Sin embargo, poco después Poroshkendo dijo en un discurso que estará en vigor el miércoles y recortó su duración a 30 días para que no interfiera con la campaña electoral y las elecciones presidenciales.
Reaccionaba así a las acusaciones de la oposición de que intentaba retrasar los comicios previstos para marzo. También Moscú criticó lo ocurrido como una maniobra de campaña electoral de cara a los comicios, ya que las encuestas sitúan a Poroshenko por detrás de la ex primera ministra Yulia Timoshenko.
El anuncio de Poroshenko, que exigió la puesta en libertad inmediata de los 23 marineros detenidos y la devolución de los barcos interceptados, calificando la actuación rusa de una violación del derecho internacional, llegó poco después de que Ucrania pusiera a su Ejército en máximo estado de alerta.
Por su parte, Moscú justificó sus acciones en respuesta a lo que consideró una «peligrosa provocación» de la Marina ucraniana y una violación de la soberanía rusa, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Poco después, el Ministerio de Exteriores emitió una alerta a Ucrania asegurando que «frenará con firmeza cualquier intento de infringir su soberanía y seguridad» y acusó a Kiev, en coordinación con Estados Unidos y la Unión Europea, de querer provocar un conflicto con Rusia.
El ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, pidió además los socios occidentales de Ucrania que intervengan para distender la situación, advirtiendo del peligro de que se llegue a «puntos de no retorno» entre Rusia y Occidente. «Quienes apoyan a Kiev en Occidente deben hacer razonar a todos los que sacan provecho político de la histeria bélica».
Desde Occidente llegaron reacciones de preocupación. La Alianza Atlántica y la Unión Europea (UE) manifestaron su apoyo a Ucrania. El secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg, expresó el «pleno apoyo a la integridad territorial y soberanía ucranianas».
Por petición de Poroshenko, se celebró esta tarde una sesión extraordinaria de la comisión entre Ucrania y la OTAN para debatir la situación, en la que se exigió a Rusia la puesta en libertad de los barcos y marineros ucranianos. Según fuentes de la Alianza se trata de un signo de apoyo simbólico, ya que la OTAN no podría entrar en el conflicto ya que Ucrania no forma parte de la misma.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, condenó el uso de la fuerza por parte de Rusia y pidió la liberación de barcos y marinos ucranianos, escribió en Twitter tras hablar también con Poroshenko.
Bruselas consideró inaceptable la escalada del conflicto y exigió la liberación de los marineros, así como la libre circulación por el estrecho de Kiev, dijo una portavoz de la responsable de Exteriores del a UE, Federica Mogherini, al tiempo que alertó a Ucrania de adoptar reacciones precipitadas.
Los embajadores de los países miembro se reunirán más tarde para debatir lo ocurrido, informaron fuentes diplomáticas. También el Consejo permanente de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) sesionó en Viena.
El Gobierno alemán expresó su «gran preocupación» por la escalada y llamó a las dos partes a actuar con contención, al tiempo que el ministro de Exteriores, Heiko Maas, condenó directamente el bloqueo por parte de Rusia.
Francia también se mostró preocupada por la actuación de Rusia, que criticó directamente. «En vista de los hechos que conocemos en este momento, nada parece justificar el uso de la violencia», señaló el Ministerio de Exteriores en París, que también exigió la liberación de los marineros y de los barcos.
El Consejo de Europa -del que forman parte los dos países- alertó del peligro de que escale la situación. «Es de máxima importancia evitar cualquier escalada en la región», declaró su secretario general, Thorbjørn Jagland, que pidió que se respete el acuerdo entre Ucrania y Rusia que garantiza la libre circulación de barcos por el estrecho de Kerch desde 2004. Turquía también apeló a la libre circulación por ese estrecho, según un comunicado del Ministerio turco.
En Ucrania se vivieron hoy algunos incidentes, con violentas protestas ante las legaciones diplomáticas rusas en varios lugares del país. Ante el consulado de Járkov, en el este del país, 70 manifestantes lanzaron bengalas ante el edificio e intentaron prender neumáticos, informó la OSCE, que mantiene una misión de 760 observadores armados en todo el país. En la capital Kiev el automóvil de un diplomático ruso resultó dañado por el fuego y también se registraron incidentes en el consulado de Moscú en Odesa, donde protestaron unas 100 personas.
Por Peter Spinella y Andreas Stein (dpa)
