España recibe al príncipe heredero de Arabia Saudí entre polémica

Madrid, 12 abr (dpa) – El príncipe heredero de Arabia Saudí Mohammed Bin Salman fue recibido hoy en Madrid por el rey Felipe VI y por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en una visita a España que no estuvo exenta de polémica.

Las delegaciones de ambos países firmaron acuerdos en materias como transporte aéreo y cooperación cultural, científica y tecnológica, así como un memorando de acuerdo para crear una empresa conjunta para implementar programas navales en Arabia Saudí, según informó el Gobierno en un comunicado.

Precisamente una de las claves de la visita de Bin Salman era la venta al país árabe de cinco corbetas construidas por la empresa española Navantia, que levantó duras críticas en España.

Las organizaciones Amnistía Internacional, Greenpeace, Oxfam Intermón y FundiPau arremetieron contra la operación, valorada en unos 2.000 millones de euros, y lanzaron días atrás una campaña para pedir a la casa real española y al Gobierno de Rajoy que no promoviera la firma del contrato.

«España podría convertirse en cómplice de la comisión de crímenes de derecho internacional en Yemen debido al riesgo sustancial de que las corbetas se utilicen para llevar a cabo ataques militares directos contra la población civil, ataques indiscriminados o para mantener el bloqueo aéreo y naval impuesto a Yemen», advirtieron desde las ONG.

En la misma línea, el partido Izquierda Unida (IU) criticó hoy el acuerdo con Arabia Saudí, así como que España venda armamento a países que «no respetan los derechos humanos» y que asesinan «de forma indiscriminada» a miles de personas en Yemen, en sus palabras.

El viaje de Bin Salman fue considerado una oportunidad para relanzar las relaciones entre España y Arabia Saudí en un momento «clave» en el que el país europeo puede «acompañar y asistir a Arabia Saudí en su proceso de transformación», según dijo al diario «Arab News» el embajador español en el país árabe, Álvaro Iranzo Gutiérrez.

El heredero del trono saudí, uno de los hombres más influyentes de su país, aterrizó en Madrid el miércoles procedente de Francia, en el marco de una gira internacional para presentar los planes de transformación de su país.

En el aeropuerto de Torrejón de Ardoz fue recibido por la ministra española de Defensa, María Dolores de Cospedal, con la que también mantuvo una reunión de trabajo en dependencias del Ejército.

Hoy, Bin Salman, de 32 años, fue recibido por Felipe VI en su despacho del Palacio de la Zarzuela, residencia de la familia real. A mediodía, los reyes ofrecieron un almuerzo en su honor en el Palacio Real de Madrid, al que asistieron Mariano Rajoy y otros miembros de su Ejecutivo. En total, hubo más de 200 invitados, entre ellos autoridades, empresarios y representantes de la sociedad civil.

La agenda del heredero del trono saudí se cerró en Madrid con un encuentro con Rajoy en el palacio presidencial de La Moncloa, donde, entre otras cosas, acordaron «dar un nuevo impulso a las relaciones bilaterales en el contexto de la ‘Visión 2030’ saudí».

«El príncipe heredero confirmó el papel de España como socio importante para el éxito de este proyecto de diversificación económica y reformas», explicó posteriormente el Gobierno español en un comunicado que destacó también el crecimiento de la presencia comercial española en Arabia Saudí, especialmente en campos como el transporte, la energía, la petroquímica, el agua y la defensa.

La relación entre las casas reales de España y Arabia Saudí fue especialmente estrecha durante el reinado del español Juan Carlos I (1975-2014), quien abdicó en favor de su hijo Felipe hace cuatro años.

Juan Carlos, de 80 años, mantuvo una buena relación personal con el ya fallecido rey saudita Fahd, quien le regaló un yate en 1979. Su heredero, el rey Abdalá, también expresó en más de una ocasión su «gran respeto y estima» hacia el ahora rey emérito español.

A su implicación directa se atribuyen en España algunos de los contratos comerciales más importantes logrados con el país del golfo Pérsico. Entre ellos, el del tren de alta velocidad a La Meca.

Tras la llegada al trono español de Felipe VI, marcada por un afán de mayor transparencia y modernidad para la institución monárquica, algunos sectores de la sociedad y la política pidieron al nuevo rey que marcara distancias con un país que aplica la pena de muerte.

En ese sentido, el primer viaje del monarca española a Arabia Saudí, en enero de 2017, fue muy criticado ya que se centró en temas económicos y comerciales y culminó sin mención pública a la vulneración de los derechos humanos en el país árabe.