Las Palmas de Gran Canaria (España), 18 nov (dpa) – La selección española de fútbol venció hoy por 1-0 a Bosbia-Herzegovina en un amistoso desarrollado entre bostezos y decidido por un gol del debutante Brais Méndez en el tramo final.
Antes del partido hubo un homenaje para David Silva, retirado de la selección española tras 125 partidos internacionales. Fue lo mejor de la noche.
El equipo de Luis Enrique inició el choque bajo un síndrome inequívocamente melancólico después de conocer el triunfo de Inglaterra por 2-1 ante Croacia que la dejó fuera de la «Final Four» de la Liga de Naciones. Hace un mes lo tenía todo a favor para ilusionarse y ahora es una selección triste.
Esa nueva desilusión no fue la única razón para que apenas 15.000 espectadores acudieran al Estadio Gran Canaria, la mitad del aforo. España volvió a los tiempos de la desafección. La hinchada se desenamoró de su equipo hace tiempo y así sigue.
Partidos como el de hoy no sirven para mejorar las relaciones. España y Bosnia-Herzegovina jugaron un amistoso deprimente y deprimido, sin apenas cosas que contar salvo el debut de varios jugadores con el equipo de Luis Enrique y un gol de uno de ellos.
La selección visitante hizo el primer disparo del partido al primer minuto, con un remate de Visca que repelió Kepa, y lo que siguió fue el enésimo ejercicio inane de posesión por parte de la selección española. Los pases horizontales y sin profundidad tantas veces vistos y que tanto suelen irritar a sus fieles.
España no disparó por primera vez entre palos hasta el minuto 44, en un lanzamiento sin demasiado peligro de Isco. Y así finalizó una primera parte que fue la fiesta del bostezo.
La segunda mitad no fue mucho mejor. Jugadores como Isco, Marco Asensio, Álvaro Norata y otros muchos confirmaron que ahora mismo no merecen más minutos de los que tienen por su bajísimo momento de forma. Más bien al contrario.
Luis Enrique aprovechó la liviandad del choque para dar entrada a novedades como Pablo Fornals, Mario Hermoso, Pau López o Brais Méndez y éste último fue el protagonista de la noche al marcar el único gol del partido a los 78 minutos. Será de los pocos que recuerden este partido el resto de sus vidas.
España despidió así, con tan poca ilusión, un año para olvidar: sumó una nueva decepción en el Mundial de Rusia, tuvo tres seleccionadores diferentes y el nuevo todavía tiene mucho trabajo por delante para regenerar la ilusión de sus hinchas.