Entrevista a Javier Cámara : «Admiro mucho a los pequeños héroes»

javiercamaraSan Sebastián, 24 sep (dpa) – 2013 ha sido un gran año para el actor Javier Cámara: presentó en la Berlinale el drama de Isabel Coixet «Ayer no termina nunca», luego llegaron «Una pistola en cada mano» (Cesc Gay) y «Los amantes pasajeros» (Pedro Almodóvar) y aún tiene pendiente de estreno la adaptación de un texto de Elvira Lindo.

Ahora, compite en San Sebastián con «Vivir es fácil con los ojos cerrados» (David Trueba), una fábula tierna y positiva en la que encarna a un humilde profesor de inglés en busca de un sueño: conocer a John Lennon. En una entrevista con dpa, Cámara (46 años) habla de su momento profesional, la necesidad de idealistas y la importancia de la cultura como arma.

dpa: Ha sido un año en el que ha hecho cuatro películas y tiene una por estrenar. ¡No para!

Cámara: Sí, este año ha sido increíble, siempre pensaba en esos actores de antes como Manolito Alexandre que rodaban 20 películas y me decía, ¿cómo lo hacen? Pero da gusto trabajar cuando te entiendes con el director, y generacionalmente ha sido un año maravilloso, con Coixet, con Cesc… ahora con David. Me encanta poder ser cómplice en un rodaje.

dpa: En los tiempos que corren, se agradece una película optimista como «Vivir es fácil con los ojos cerrados».

Cámara: Sí, es una película luminosa, especial, de la que me siento muy orgulloso. Resulta muy difícil de manejar por ese conflicto idealista de un hombre que sale a buscar un sueño, por imposible que sea. Ahora, los idealistas son tildados de locos, pero a mí eso me emociona. Admiro mucho a los pequeños héroes.

dpa: Ya no se ven muchos protagonistas así, ¿cómo trabajó la construcción del personaje?

Cámara: Pensamos mucho en esos personajes de los 60 y los 70 como Pepe Isbert en «El verdugo». Me gustan los personajes que pasan por la vida sin darse importancia, que gesticulan y con conflictos muy cotidianos. Hombres de carne y hueso con los que te puedes identificar, y creo que David quería recuperar eso.

dpa: Imagino que rodar esta película le habrá hecho reflexionar bastante sobre el papel de la educación, que tan malos momentos está pasando…

Cámara: Los maestros son como los actores o los artistas, una profesión muy vocacional, y yo en mi vida he tenido grandes maestros que me marcaron. Por eso me duele la terrible equivocación que supone descuidar la educación, el gran varapalo que están sufriendo la ciencia y la cultura. En la generación de mis padres, tener cultura era tener libertad, y eso ahora no se está valorando.

dpa: ¿Cómo fue conocer al protagonista real de la historia?

Cámara: Es un hombre impactante, con unos ojos azules impresionantes, el pelo blanco y de esos que te aprieta la mano al saludarte. No sólo daba clases de inglés, él abría ventanas a sus alumnos, les instaba a que no tuvieran miedo. Una persona soñadora pero todo el tiempo con los pies en el suelo. Y lo cierto es que después de aquella anécdota, los discos de los Beatles incluyeron las letras de las canciones. Él es de los que realmente puede decir eso de «si quieres, puedes».

dpa: ¿Es usted tan mitómano como su alter ego en la gran pantalla? ¿Con quien le encantaría tener la oportunidad de sentarse y charlar?

Cámara: No, nunca he perseguido a nadie, como actor que a veces lo ha vivido desde el otro lado me da mucho respeto. Pero por supuesto, hay mucha gente a la que me encantaría conocer, por ejemplo (el músico y director de orquesta catalán) Jordi Savall. Me apasiona la música barroca.

dpa: Nunca ha interpretado a un villano, a un malo de verdad. ¿Le gustaría?

Cámara: Sí, es cierto. Y bueno, me llaman la atención esos conflictos grandes. Explicar la maldad humana, pero no una maldad como la de los dictadores, sino la manipulación, la perversión. Malos de los que viven a tu lado sin darte cuenta, y que cuando cometen un crimen la vecina le dice a la policía «parecía un tipo encantador».

dpa: Parece que este año, pese a todas las dificultades, volvemos a tener una buena cosecha de películas españolas en San Sebastián.

Cámara: Son malos momentos, la gente busca debajo de las piedras, pero aunque el dinero escasee, hay mucho talento. Lo que no puede ser es que, como al final nos bajamos los sueldos y reducimos los costes a la mínima expresión, haya gente que nos diga «¿no veis como podéis seguir haciendo películas?». Así no podemos seguir.

Por Elena Box