Entre «la décima» y el «triplete» : Choque de colosos en Múnich

cr7(dpa) – Harto de las presiones de la Liga española y decepcionado por la falta de respuesta de sus jugadores, Josep Guardiola dejó el Barcelona en 2012 y se tomó un año sabático en Nueva York para encontrarse 23 meses después con que todo vuelve a ser igual: se juega la temporada ante el Real Madrid.

«Mañana es una cuestión de deseo, nada más. Naturalmente que la táctica y el físico juegan un papel, pero tendremos que librar la semifinal con todas nuestras armas», pidió hoy Guardiola de cara al Bayern Múnich-Real Madrid por la vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones.

El partido ante 68.000 espectadores en el Allianz Arena de la capital bávara es un choque de colosos urgidos por su historia. Dueño de nueve títulos, el Real Madrid no gana la Copa de Europa desde 2002.

La presión debería abrumar entonces a los españoles y no jugar un rol tan importante en los alemanes, ganadores de la Liga de Campeones 11 meses atrás. Sin embargo, no es así: el equipo con toneladas de peso sobre los hombros es el Bayern, porque el Real Madrid llegó a Múnich hoy con una felicidad impropia de una escuadra que suma 11 fracasos consecutivos en la Copa de Europa y que de diez partidos jugados en Múnich en la máxima competición continental perdió nueve y empató uno.

Arjen Robben, ex jugador del Real Madrid, se encargó hoy de recordar esos tropiezos.

«Sé que la décima es algo muy grande, siempre se habla de ello en Madrid y siguen esperándola», aguijoneó el extremo holandés.

Los blancos jugarán en Múnich con un resultado corto -la victoria de 1-0 en Madrid, donde pudieron golear- pero confianza larga: el haber visto caer a Guardiola como técnico por primera vez en el Bernabéu envalentonó a sus hinchas y a los muchos medios de comunicación afines al club.

La confianza madridista se basa también en el hecho de que el Bayern se abrumó por momentos en el Bernabéu. Días después, en la victoria por 5-2 ante el Werder Bremen por la Bundesliga, las dudas continuaron.

«La gente no se merece ver un primer tiempo como el que jugamos. Es la primera vez que mis jugadores me decepcionan. Si juegan bien o mal no es un problema, pero hoy no fueron el equipo que fuimos durante toda la temporada».

El mensaje, directo al corazón del vestuario, es una acción de manual de Guardiola en busca de una reacción de sus jugadores. Algo de eso vio en el segundo tiempo, con un Franck Ribéry encendido.

«Me alegró verlo jugar enojado. Él necesita estar enojado con el técnico, con el árbitro, con el público, consigo. Es la agresividad que necesitamos. Es uno de los mejores jugadores de la historia del Bayern. Lo necesitamos, precisamos su mejor rendimiento para poder llegar a la final».

Lo mismo necesitan los blancos con su gran estrella, el portugués Cristiano Ronaldo, que el miércoles en Madrid, aún en estado precario debido a un problema en la rodilla, se perdió un gol imposible que hubiese situado 2-0 a su equipo y convertido el partido de mañana en un drama desde el principio para el Bayern.

Todo indica que, si tiene la oportunidad, el delantero luso no volverá a perdonar. Carlo Ancelotti, técnico del Real Madrid, ve a Cristiano ya en plena forma tras los dos tantos que anotó en la goleada de 4-0 ante el Osasuna por la Liga española.

«Está bien, porque ha jugado con más seguridad comparado con el miércoles, con más confianza. Todo ha salido bien para él», destacó el italiano, que esconde cartas de cara al partido de mañana, en el que muy probablemente prescinda en el inicio del galés Gareth Bale, el héroe de la final de la Copa del rey ganada al Barcelona.

Lo que no es un secreto es que el Real Madrid se valdrá de las urgencias del Bayern, obligado a marcar al menos un gol si no quiere garantizarse el adiós al torneo. Así, a Ancelotti le importará poco que Guardiola defina a su equipo como naturalmente inclinado al contraataque, ni entrará tampoco en disquisiciones acerca de la posesión del balón.

Diferente es la situación de Guardiola, al que muchos en Múnich -comenzando por el «Kaiser» Franz Beckenbauer, presidente de honor del Bayern- están comenzando a echarle en cara que un equipo que se adueña de la pelota pero no logra meterla en el arco -como sucedió en Madrid- no es el Bayern, no es alemán.

«Si juegan como en el primer tiempo del otro día, el Real Madrid les meterá una goleada», insistió Beckenbauer, el hombre que desde hace meses le marca límites a Guardiola.

El español sabe que las últimas actuaciones de su equipo abrieron dudas, y pidió hoy «un poquito más de intensidad en el área y más sed de gol», aunque «no a costa de la estabilidad defensiva».

Buena defensa y capacidad de gol es lo que mostró el Real Madrid en esa primera semifinal que puso en riesgo el sueño de los alemanes de repetir el «triplete» de Liga, Copa y Liga de Campeones logrado la temporada pasada por Jupp Heynckes.

Robben cree sin embargo que el sueño está intacto, que el Bayern puede sumar su sexta Copa de Europa: «Seguimos estando hambrientos, motivados, y sabemos que podemos escribir historia si llegamos a la final y ganamos».

Alineaciones probables:

BAYERN MÚNICH: Neuer – Lahm, Boateng, Dante, Alaba – Schweinsteiger, Kroos – Robben, Müller, Ribéry – Mandzukic

REAL MADRID: Casillas – Carvajal, Pepe, Ramos, Coentrao – Bale, Modric, Xabi Alonso, Di María – Ronaldo – Benzema

Árbitro: Proença (Portugal)

Por Sebastián Fest