Washington/Whistler, 1 jun (dpa) – Los aranceles impuestos por Estados Unidos a la importación de acero y aluminio, que afectan a la Unión Europea (UE), México y Canadá, entraron hoy en vigor tras la decisión anunciada por el presidente Donald Trump el jueves.
Asimismo, la UE hizo una presentación ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) con el objetivo de abrir un período de 60 días para que las dos partes resuelvan sus diferencias. Si esto fracasa, el bloque puede pedir al organismo basado en Ginebra que tome una decisión.
«Esto es muy desafortunado», dijo hoy la comisionada de Comercio de la UE, Cecilia Malmström, quien subrayó que la decisión de Washington «causará un montón de daño» a la industria del acero y aluminio del bloque y que «debilita más las relaciones transatlánticas».
Las medidas, que gravan con un 25 por ciento a las importaciones de acero y con un 10 por ciento a las de aluminio, también generaron un duro enfrentamiento en el marco del G7, el grupo de las siete naciones más industrializadas del mundo, que celebran una reunión preparatoria previo a la cumbre los próximos 8 y 9 de junio.
Bruselas exigía que Washington hiciera permanentes las exenciones a las empresas europeas y se negaba a negociar hasta entonces facilidades para las firmas estadounidenses en territorio comunitario. Sin embargo, Washington sólo quería prolongar esas exenciones cuando hubiera concesiones concretas por parte de la UE.
México informó el jueves que aplicará contramedidas a diversos productos, entre ellos aceros planos, lámparas, pata y paletas de puerco, embutidos y preparaciones alimenticias, manzanas, uvas, arándanos y diversos quesos, entre otros.
También la ministra de Relaciones Exteriores canadiense, Chrystia Freeland, anunció ayer medidas en represalia y dijo que se gravarán desde acero y aluminio estadounidense hasta jarabe de maple y bolígrafos, por un valor de 16.600 millones de dólares canadienses (12.800 millones de dólares).
El ministro de Finanzas de Canadá, Bill Morneau, dijo que es absurdo que los productos de acero canadiense se consideren un riesgo para la seguridad de Estados Unidos. Este país es el principal proveedor de acero a su vecino.
Se supone que la decisión debe contribuir a que se venda más acero nacional en Estados Unidos y con ello se garanticen puestos de trabajo. La medida es además un durísimo golpe en las actuales negociaciones para reformular el tratado de libre comercio (TLC o Nafta) con México y Canadá.
Sobre todo si en las elecciones presidenciales mexicanas de julio resulta ganador el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, la reforma del tratado será casi imposible de hacer. De este modo, después de enfrentarse en un conflicto comercial con China y la UE, Washington se ve amenazado con un tercer frente con México.
Como alternativa a los aranceles, Estados Unidos había propuesto limitar la exportación, lo que según el Departamento de Comercio tendría el mismo efecto que las tasas aduaneras.
Australia, Argentina y Brasil accedieron a un acuerdo de ese tipo y por ahora seguirán exentos de la medida. Esta se aplica ya al resto del mundo desde el 23 de marzo.
Hoy la UE se plegó al anuncio de represalias, y anticipó que podrían entrar en vigor el 20 de junio, aunque el bloque puede necesitar más tiempo para consultar con sus estados miembros para imponer los aranceles, según autoridades del bloque.
Malmström aclaró que la UE no está dispuesta a negociar posibles concesiones comerciales con Estados Unidos, pese a haber manifestado en el pasado su voluntad de mejorar las relaciones bilaterales si Washington suspendía las medidas.
«Por el momento la puerta está cerrada», dijo Malmström. «No estamos en una guerra comercial pero estamos en una situación muy difícil causada por Estados Unidos», añadió.
La representante de Política Exterior de la UE, Federica Mogherini, había adelantado que el bloque presentaría hoy mismo una demanda ante la OMC.
Hoy también se conoció que en el encuentro previo a la cumbre del G7 mantenido el jueves entre los ministros de Finanzas del bloque en Whistler, Canadá, hubo un debate «abierto y sincero» entre el vicecanciller alemán Olaf Scholz y el secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin.
La decisión de Trump dejó solo a Mnuchin frente a los otros seis ministros de Finanzas del G7, formado además por Japón, Francia, Italia, Reino Unido, Alemania y Canadá. Todos condenaron cualquier forma de proteccionismo y aislamiento, porque consideran que los conflictos comerciales al final cuestan puestos de trabajo.
Scholz subrayó durante su reunión de unos 40 minutos que el enfrentamiento afecta a la soberanía de Europa pero también es una cuestión de respeto, informaron fuentes gubernamentales alemanas.
«Este no es un buen día para las relaciones transatlánticas», subrayó Scholz. Los aranceles que imponga la UE como represalia afectarán según una lista presentada ante la OMC al whisky, la mantequilla de cacahuete, motocicletas, vaqueros y tabaco. También se verían afectados los productos estadounidenses de acero, barcos y botes.
El ministro de Finanzas del Reino Unido, Philipp Hammond, se sumó a las críticas, pero no descartó avances en la próxima cumbre del G7. «Nos preocupa a todos y estamos muy decepcionados con la medida que ha tomado Estados Unidos», dijo a periodistas en el marco del encuentro en Whistle.
«Sabemos que el presidente tiene un estilo muy personal. Le gusta lidiar personalmente con las cuestiones. Así que espero que si podemos tener hoy una discusión constructiva, hay una posibilidad real de que los líderes puedan algún avance significativa cuando se reúnan la semana próxima», concluyó.