Caracas/Washington, 10 oct (dpa) – El concejal opositor venezolano Fernando Albán fue enterrado hoy en un cementerio del este de Caracas en medio de la creciente alarma internacional por su muerte.
Albán iba a ser imputado el lunes por cargos de terrorismo e intento de homicidio contra el presidente Nicolás Maduro por su presunta vinculación con el supuesto atentado que denunció en su contra el gobernante el 4 de agosto. Ese día, el concejal cayó desde el décimo piso del edificio del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), donde se encontraba detenido.
Mientras que el Gobierno maneja la hipótesis de un suicidio, sus compañeros del partido Primero Justicia (PJ) creen que fue asesinado.
La administración de Donald Trump responsabilizó hoy al Gobierno de Maduro de la muerte del opositor. «Condemanos con la mayor firmeza la muerte del miembro de la oposición venezolana Fernando Albán a manos del régimen de Maduro», manifestó el vicepresidente Mike Pence a través de Twitter. «El régimen continúa matando a inocentes y a aquellos que defienden la democracia».
También países como Alemania y Ecuador expresaron hoy su preocupación. El Gobierno alemán informó que espera una «aclaración rápida» de la muerte del concejal.
«El político regional Fernando Albán murió estando bajo la custodia del servicio secreto venezolano. Su muerte nos desconcierta y nos preocupa mucho. Nuestros pensamientos están con su familia y amigos», indicó un portavoz del Ministerio de Exteriores de Alemania a través de un comunicado de prensa.
Por su parte, el fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, reiteró hoy la versión oficial de que el dirigente se quitó la vida el lunes al lanzarse del décimo piso de la sede de la policía política.
Saab afirmó que la Fiscalía realiza un trabajo objetivo, que podrá ser auditado por cualquier interesado, en medio del creciente pedido internacional de que el Gobierno realice una investigación transparente y creíble sobre el caso.
Los restos del concejal fueron llevados hoy en un carro fúnebre al Cementerio del Este, en un largo recorrido que fue acompañado por cientos de amigos y partidarios que escoltaron el auto con una enorme bandera tricolor y pancartas con la palabra «justicia».
En la marcha se alternaron los rezos y las arengas de dirigentes del PJ, quienes rechazaron las declaraciones de Saab e insistieron en que Albán fue asesinado.
En el cementerio, antes del entierro, el ataúd fue cubierto con una bandera de Venezuela y otra amarilla de PJ, mientras el sacerdote pronunciaba las palabras de despedida.
Albán, quien fue detenido el sábado al llegar al país de una visita a su familia en Nueva York, era un dirigente cercano al diputado Julio Borges, acusado de ser el autor intelectual del ataque a Maduro.
En la mañana, el cardenal Jorge Urosa ofició la misa de despedida a Albán en la capilla de la Universidad Central de Venezuela (UCV), donde dijo haber conversado con el ministro de Relaciones Exteriores, Jorge Arreaza, quien expresó la preocupación del Gobierno sobre el escandaloso caso, pero le comunicó que siguía considerando la tesis del suicidio.
Urosa señaló que el país debe exigir que se realice una investigación en la que intervengan varias instituciones del Estado, incluyendo la Asamblea Nacional (Congreso), que está bajo control de la oposición.
Poco después, Saab insistió en que el concejal se suicidó, lanzándose desde el piso 10 de un edificio del Sebin, al tiempo que rechazó los cuestionamientos hacia la versión oficial.
El fiscal señaló que todavía se siguen investigando las causas que supuestamente llevaron al concejal al suicidio, horas después de ser detenido por la policía, para lo cual se están revisando 1.272 notas de voz y video que se encontraron en su teléfono móvil.
«(El lunes) iba a ser puesto a la orden del tribunal pero a la hora del mediodía, en el almuerzo, Albán se levantó abruptamente de la mesa, diciendo que iba al baño y corrió hacia una ventana panorámica y se lanzó del piso 10», dijo en una declaración en la sede de la Fiscalía General.
El fiscal rechazó las especulaciones que están haciendo los dirigentes del partido Primero Justicia (PJ), quienes cuestionan las investigaciones y sostienen que su compañero fue asesinado.
«Quienes inventan sin tener un solo elemento criminalístico a mano llaman la atención psicológicamente. Inventan cualquier barbaridad, irrespetando a este ciudadano», recalcó.
Afirmó que es una «mentira podrida» la versión de que murió durante un interrogatorio bajo tortura, en respuesta a una declaración de la fiscal destituida y su antecesoar en el cargo Luisa Ortega Díaz.
«Eso de que los ahogaron, de que lo asfixiaron es una mentira podrida que no debe repetirse y quien la repita tiene que presentar pruebas», dijo el fiscal.