Enemigos convertidos en amigos : La crisis de Irak fragua nuevas alianzas

Enemigos convertidos en amigosTEHERÁN/WASHINGTON (dpa) – «Tenemos un enemigo común», dijo la ex secretaria de Estado norteamericana Condoleezza Rice en 2007 durante un vuelo a Turquía. Entonces se trataba de la organización terrorista kurda PKK. Ahora Estados Unidos busca socios en la lucha contra un nuevo enemigo que lleva por nombre Estado Islámico (EI). La crisis continua en Irak muestra que en la región, a pesar de las diferencias, pueden fraguarse nuevas amistades y enemistades.

De repente, el que hasta ahora ha sido el «gran Satán» (Estados Unidos) podría convertirse en un aliado de Irán. Tanto Washington como Teherán apoyan el gobierno de Bagdad, a los kurdos en el Norte de Irak y se oponen al islamismo sunita. «La situación no sólo hace cada vez más probable esta constelación estratégica, sino que la convierte en necesaria», según un politólogo en Teherán.

Al menos el presidente iraní, Hassan Rohani, no tendría nada que objetar a esa constelación. «Si (el presidente de Estados Unidos Barack) Obama me contactase, se podría hablar de ello», dijo el clérigo moderado. A diferencia de su predecesor, Rohani ya ha conversado en varias ocasiones con su homólogo estadounidense, aun cuando hasta la fecha haya sido más en relación con el diferendo nuclear que con la situación en Cercano Oriente.

Desde el punto de vista de los estadounidenses todo esto resulta sorprendente, pues en tiempos del George W. Bush se descalificó a Teherán situándola en el «eje del mal» junto con otros «Estados canalla» como Corea del Norte. Para Obama sin embargo la consigna es detener a toda costa el terrorismo en Irak. Sabe que no puede destruir el campo minado de Cercano Oriente sólo por la vía militar, sino «reforzando socios locales», según formuló la Casa Blanca en 2011. También el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, dijo que «no descartaría nada que fuese constructivo».

Para el Irán chiita el gobierno de Nuri al Maliki en Bagdad es un estrecho socio al que se le ha prometido una cooperación ilimitada en la lucha contra las milicias terroristas el EI. En opinión de Teherán, los grupos como Al Qaida y los talibanes en Afganistán transmiten al mundo una imagen falsa del Islam. «Sencillamente es un grupo que en nombre del islam y la yihad promete a jóvenes el paraíso por vías no islámicas e inhumanas», señaló el ex presidente iraní Akbar Hashemi Rafsanyani.

Y mientras tanto, la rivalidad entre Arabia Saudí e Irán aumenta. Es un secreto a voces que Teherán responsabiliza a los saudíes sobre todo por su apoyo a los insurgentes en Siria y por la última oleada terrorista. «¿De dónde saca el señor (Abu Baker, líder del EI) Al Bagdadi todo el dinero si no es de Riad?», dijo el politólogo.

El gobierno de Rohani se muestra cauto, pero la crisis bilateral diplomática no cesa desde el inicio del conflicto en Siria.

A pesar del apoyo que pueda brindar a Bagdad, Teherán quiere evitar a toda costa la lucha contra el EI parezca una confrontación entre chiitas y sunitas. De ahí que la versión oficial haya sido y sea que los iraquíes tiene que liberarse solos de los islamistas de ISIS, rebautizados como EI. Pero Teherán sabe también que las tropas yihadistas son superiores al Ejército iraquí. Es por ello que, de forma no oficial -se entiende-, se han enviado aviones y drones a Irak. Hasta la fecha, Irán ha negado vehementemente tener algunas tropas en suelo iraquí.

A favor de la colaboración con Washington pesa que se podría mover el fiel de la balanza en las actuales negociaciones nucleares en Viena y derivar en el fin de las dolorosas sanciones económicas. Por su parte, Obama podría vender estas conversaciones como un éxito de su política exterior.

Por Farshid Motahari y Johannes Schmitt-Tegge