Krasnodar/Kazán (Rusia), 20 jun (dpa) – Parece ya imparable: el videoarbitraje (VAR) se abre camino a toda velocidad en el Mundial de Rusia y hoy le tocó a la selección española celebrar el poder de la justicia con una decisión que salvó su desagradable partido ante Irán.
Corría el minuto 64, con mínima victoria 1-0 a favor de los españoles, cuando Irán puso un balón llovido que concluyó con gol de Saeid Ezatolahi. Toda la selección asiática celebró el tanto enloquecidamente y su autor hasta rezó con la cara hundida en el césped. Pero el árbitro, el uruguayo Andrés Cunha, no se fue al centro del campo. Se puso a hablar por el temido micrófono y comenzó el suspense.
La resolución: fuera de juego de Ezalotahi. Y lo fue. Y la selección española respiró mientras en el banquillo iraní Carlos Queiroz lamentaba la llegada de la tecnología al fútbol.
Al mismo tiempo, el seleccionador español, Fernando Hierro, respiraba aliviado dentro de un encuentro que le produjo mil sofocos por todo lo que sufrió su equipo para vencer por la mínima a un rival que teóricamente partía como víctima propiciatoria.
Lo cierto es que el uso del VAR está venciendo los temores iniciales de los más escépticos. Principalmente porque, además de la administración de justicia, su uso no está demorando apenas el ritmo de los partidos. El encuentro entre españoles e iraníes estuvo más tiempo parado por faltas y simulaciones que por la utilización de la tecnología.
Kazán asistió a un nuevo éxito de la tecnología después de que la FIFA celebrara su implantación con un comunicado en el que afirmó estar «extremadamente satisfecha con el nivel de arbitraje hasta la fecha y con la implementación exitosa del sistema VAR».
A pesar del primer balance positivo, la FIFA dejó en claro que hubo situación polémicas que no se solucionaron con el VAR y «se reconoce que todavía habrá discusiones y opiniones divididas en torno a ciertas decisiones».
En lo que va del torneo se sancionaron cuatro penales después de la utilización del VAR y se revisó un incidente por una posible tarjeta roja.
El francés Antoine Griezmann hizo historia el sábado al convertirse en el primer futbolista que sufría y marcaba un penal tras la revisión del VAR en un Mundial.
El delantero fue derribado por el australiano Risdon en el minuto 54 sin que Cunha -el mismo árbitro de hoy- señalara penal, pero el árbitro uruguayo acudió al VAR para ver la repetición y acabó señalando la pena máxima.
Las jugadas más controvertidas hasta ahora fueron el reclamo de Brasil por una falta antes del gol del empate de Suiza, un posible penal que pidió Inglaterra en su victoria ante Túnez y una jugada que los argentinos entendían que había penal en el empate ante Islandia.
Más allá de los resultados, el gran éxito del VAR es que apenas está afectando al ritmo de los partidos, una de las grandes preocupaciones de entrenadores y jugadores antes del Mundial. Hoy le tocó a España celebrar la llegada de la tecnología.
Por Alberto Bravo (dpa)