El independentismo tensa el aniversario de los atentados de Cataluña

Madrid, 6 ago (dpa) – El anuncio de la presencia del rey Felipe VI en los actos de homenaje a las víctimas de los atentados yihadistas que hace un año sacudieron la región española de Cataluña ha levantado una oleada de protestas en el entorno independentista.

El propio presidente del Gobierno catalán, Quim Torra, destacó este fin de semana que el monarca no había sido invitado al homenaje.

Los separatistas consideran la visita una provocación y el partido Candidatura de Unidad Popular (CUP), que representa al indepedentismo catalán más radical, se plantea su asistencia al acto.

La relación entre el Ejecutivo catalán y la Casa Real española es tensa desde el estallido de la crisis en Cataluña, en octubre. El rey lanzó entonces un mensaje inédito por televisión a los españoles en el que pidió al Estado garantizar el orden constitucional tras el referéndum soberanista ilegal celebrado en la región.

Desde entonces, el Gobierno catalán exige una disculpa al jefe del Estado, al que acusa de no ser equidistante y de «avalar la represión» y la «persecución» contra los independentistas catalanes.

El propio Torra anunció en junio la ruptura de relaciones con la Casa Real después de que ésta remitiera al Gobierno español una carta en la que el jefe del Gobierno catalán y otros dos ex mandatarios regionales le pedían una reunión para abordar la situación catalana.

Recientemente, algunas voces han planteado que el rey podría estar buscando una manera de tender puentes con Cataluña en el marco de una nueva etapa de Gobierno en España, el del socialista Pedro Sánchez, que ha propiciado un deshielo en las relaciones Madrid-Barcelona.

«Creo que tenemos un jefe de Estado que entiende la España plural, que entiende la diversidad en nuestro país y que siempre ha tendido puentes para con Cataluña», expresó hoy Sánchez en una rueda de prensa posterior a una reunión con el jefe del Estado.

La presencia de Felipe VI en Cataluña es polémica desde hace tiempo y el monarca suele ser abucheado durante sus visitas a la región. Ocurrió hace un año, solo unos días después de los atentados yihadistas, que dejaron 16 muertos y más de un centenar de heridos en Barcelona y en la localidad turística de Cambrils.

Durante la manifestación celebrada en la capital catalana en señal de repulsa a los ataques, tanto el monarca como el entonces jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, recibieron pitidos y críticas.

Ante la posibilidad de que la situación se repita el 17 de agosto en el acto de homenaje a las víctimas, Pedro Sánchez fue tajante: «Contra el terrorismo no hay fisura posible. Allí vamos a estar todos, desde el primero hasta el último de los españoles», dijo hoy.

La delegada del Gobierno español en Cataluña, Teresa Cunillera, también pidió hace unos días que no se produzcan reivindicaciones independentistas en los actos del primer aniversario de los ataques.

Y todo ello en medio de una guerra de símbolos en Cataluña, donde los separatistas «plantan» cruces amarillas en plazas públicas para pedir la excarcelación de los políticos y líderes que se encuentran encarcelados por el referéndum de octubre mientras los contrarios a la secesión despliegan sombrillas con la bandera de España en playas.

El Gobierno catalán considera una «indecencia» que los que en su día fueron los principales responsables de la gestión de unos atentados que conmocionaron a Europa se encuentren actualmente investigados por la Justicia por el proceso independentista catalán.

El entonces consejero del área de Interior del Gobierno de la región, Joaquim Forn, permanece encarcelado de forma provisional desde noviembre, mientras que el ex jefe de la Policía catalana, Josep Lluís Trapero, fue procesado por un presunto delito de sedición.

Ambos aparecieron en medios de todo el mundo en los días posteriores a los ataques. Las investigaciones permitieron desmantelar en solo unos días la célula responsable y varios terroristas fueron abatidos.

Por Ana Lázaro Verde (dpa)