Madrid, 9 oct (dpa) – El Gobierno de Cataluña quedó hoy en la cuerda floja tras la ruptura definitiva de la unidad del bloque separatista en el Parlamento regional y la pérdida de su mayoría por primera vez desde el inicio del proceso independentista en la región española.
Solo unas horas después de que se evidenciaran las diferencias entre los dos partidos que integran el Ejecutivo de Quim Torra, Junts per Catalunya (JxCat) y Esquerra Republicana (ERC), la Cámara rechazó por esa pérdida de mayoría tres propuestas de gran valor simbólico para reivindicar la autodeterminación de Cataluña, reprobar al rey Felipe VI y constatar la «persecución política y existencia de presos políticos y exiliados», algo inédito en el último año.
El Gobierno regional negó que la fractura del separatismo y la pérdida de su mayoría parlamentaria lo dejen herido. «No tiene por qué afectar a la acción del ‘Govern’», dijo su portavoz, Elsa Artadi.
Por otra parte, entidades indepedentistas como Ómnium Cultural mostraron su «máxima decepción» por la incapacidad de los separatistas para llegar a acuerdos en el «Parlament».
Las discrepancias se confirmaron cuando las dos formaciones separatistas tuvieron que posicionarse en el «Parlament» sobre la suspensión de varios diputados separatistas ordenada por el Tribunal Supremo debido a que están procesados y en prisión preventiva o fugados.
La crisis empezó a fraguarse ya hace unos días. JxCat y ERC acordaron rechazar la suspensión de los seis diputados procesados, aunque haciendo al mismo tiempo que éstos designaran un sustituto y salvaran así la mayoría separatista en la Cámara regional.
Pero poco después, JxCat cambió de postura y consideró que era suficiente con que sus cuatro diputados suspendidos delegaran el voto, como habían hecho hasta entonces.
ERC, sin embargo, se alineó hoy con el Partido Socialista de Cataluña (PSC) y rechazó la posición de sus socios, lo que llevó a la llamada mesa del «Parlament», órgano de Gobierno de la Cámara, a rechazar que los parlamentarios suspendidos puedan delegar el voto.
Los cuatro diputados de JxCat, entre quienes se encuentra el ex presidente catalán Carles Puigdemont, emitieron un comunicado en el que confirmaron que no designarán un sustituto.
«Estamos convencidos de que la mayoría de 61 diputados permitirá mantener el actual ‘Govern’ y seguir impulsando el proyecto republicano», expresaron en el escrito, recogido por la prensa.
Con su postura, ERC trataba de evitar una nueva imputación de la Justicia española por desobediencia después de que los letrados del «Parlament» advirtieran en un informe de que si los diputados suspendidos no designaban un sustituto no podrían votar y, si lo hicieran, los acuerdos adoptados serían considerados nulos.
Con esta fractura, el independentismo queda en minoría en el «Parlament» y se ve obligado a buscar alianzas con otras fuerzas para sacar adelante propuestas.
Hoy lo hizo al recabar el apoyo del grupo izquierdista Catalunya en Comú Podem para sacar adelante una propuesta para que el Gobierno de Torra negocie con el Ejecutivo español de Pedro Sánchez un referéndum soberanista «acordado, vinculante y reconocido internacionalmente».
El «Govern» del independentista Torra pende, en todo caso, de un hilo. «El independentismo está muy fracturado», dijo hoy el ministro español de Exteriores, Josep Borrell, quien consideró que lo ocurrido hoy «es un comportamiento completamente anormal en democracia».
Pedro Sánchez se limitió a reiterar que su Gobierno busca «que el diálogo y la legalidad se materialicen en Cataluña» «más allá de hechos puntuales» como los sucedidos hoy. «Que todo lo que tenga que ver con la uniteralidad y la quiebra de la legalidad quede en el pasado», apuntó en rueda de prensa.
Hasta ahora, el bloque separatista se había mantenido unido en el marco de sus planes para tratar de convertir a Cataluña en una república independiente. En las elecciones regionales de 2015, el partido que lidera JxCat y ERC concurrieron juntos a las urnas.
Por Ana Lázaro Verde (dpa)