El Gobernador de Texas pide el despliegue de la Guardia Nacional en la frontera

6435998wMcAllen (EE.UU.), 4 jul (EFE).- El gobernador de Texas, el republicano Rick Perry, pidió el despliegue de la Guardia Nacional en la frontera del estado con México para detener el flujo de inmigrantes, un gran número de ellos menores, y pidió que los que lleguen sean expulsados inmediatamente.

Perry participó hoy en McAllen, ciudad fronteriza con el estado mexicano de Tamaulipas, en una audiencia con demócratas y republicanos de la Cámara de Representantes sobre el terreno para explicar a las autoridades locales las soluciones ante la oleada de menores sin compañía procedentes de Centroamérica.

Perry pidió a las autoridades federales, encargadas de la seguridad fronteriza, que despliegue a los militares y que se envíe de vuelta a sus países de origen a los miles de menores que han atravesado en lo que va de año la frontera, especialmente en la línea divisoria que marca el río Grande.

El gobernador pidió al Gobierno federal que reembolse al estado 500 millones de dólares, que calcula que se han tenido que gastar las autoridades locales para hacer frente a la presión migratoria desde 2005.

Las autoridades de McAllen han desplegado un equipo de emergencia para hacer frente a la incapacidad de gestionar el alto volumen de entradas ilegales, indicaron fuentes del condado a Efe.

Vehículos de la patrulla fronteriza y de fuerzas de seguridad locales, torretas móviles, focos, vallas y hasta dirigibles con cámaras de alta definición vigilan en los alrededores de McAllen y en el serpenteante río Grande la frontera.

Perry se mostró contrario a la política prioritaria de entregar a los menores a sus familiares en Estados Unidos, y dijo que eso solo sirve para animar a que más menores intenten viajar a través México hasta la orilla del río Grande, donde en botes inflables o simplemente a nado arriesgan la vida para llegar a Estados Unidos.

«El mensaje debe ser si vienes a Estados Unidos serás deportado, no podrás entrar», dijo Perry.

Algunos congresistas que participaron en la audiencia recordaron a Perry que los niños que están llegando se entregan voluntariamente, por lo que mayor presencia policial o militar no los disuadirá de venir y pedir asilo en EE.UU. por miedo a la violencia en sus países.